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Injusticia

Las 5 heridas de la infancia

Esta herida se produce cuando el niño siente que ha sido tratado injustamente por sus progenitores, que puede incluir experiencias de ser castigado injustamente, no ser escuchado o ignorado, o sentir que las reglas y las expectativas son inconsistentes o inapropiadas para él.

La personalidad o la máscara relacionada con esta herida es la del RÍGIDO, que se caracteriza por una necesidad de controlar y mantener un sentido estricto de las reglas y expectativas, procurando que todo esté en un equilibrio justo, tanto para sí mismo como para los demás.

La persona que porta esta herida muchas veces sentirá que no hay equidad en las cosas que vive, por lo que se sentirá poco apreciada o que no se le da el valor que cree y merece recibir, algo que sin dudas se sustenta en el valor que se da así misma y en las emociones no sanadas de su herida de injusticia.

Esta herida aparecerá entre los tres y cinco años, cuando el niño comienza a desarrollar su individualidad, por lo que será inevitable caer en comparaciones e identificar sus diferencias. Cuando el niño siente que no puede ser él mismo o expresarse de la forma que desea para mantener su individualidad, revivirá situaciones que le parezcan injustas, posiblemente con el progenitor del mismo sexo, que es probable porte la misma herida, sea algo autoritario y por consecuencia tenga dificultades de expresar sus emociones o de ser amoroso con su hijo/a, retroalimentando así sus mismas heridas.

Vale aclarar que no necesariamente se deben cumplir todas las características aquí mencionadas para portar la herida de injusticia. La cantidad de coincidencias que encuentres te mostrará de forma proporcional qué tan profunda es la herida.

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TIPO DE CUERPO:

  • Cuerpo recto, erguido y proporcionado de forma justa. Hombros derechos y de la misma amplitud que las caderas.
  • Glúteos redondeados y en perfecta proporción con su cuerpo.
  • Quijada tensa y cuello tieso, erguido con orgullo, que acompaña con una mirada viva.
  • No es aceptable para ellos subir de peso, incluso si tienen el vientre abultado es probable que tengan la intención de esconderlo cada vez que puedan.
  • Es común verlos de brazos cruzados, bloqueando el plexo solar, como una señal de no querer sentir. Por el mismo motivo es común que vistan ropa ajustada, con cinturones, de color negro o de colores oscuros.
  • Son dinámicos en sus movimientos aunque más rígidos respecto a su flexibilidad, por lo que sus extremidades están tensas y no se despegan mucho del cuerpo.
  • Normalmente se enferman poco y si presentan algún dolor físico lo bloquean o lo ocultan. Incluso pueden alardear de no necesitar de un médico o de una medicina.

CARACTERÍSTICA DE LA MÁSCARA: PERSONALIDAD DEL RÍGIDO:

  • Tienen miedo de cometer errores y son muy críticos consigo mismos y con los demás.
  • A veces pueden tener dificultades para expresar sus emociones y para conectarse con los demás de una manera auténtica.
  • Tienen dificultades para adaptarse a los cambios y para ser inflexibles en su forma de pensar y actuar. Les cuesta aceptar diferentes perspectivas y ser abiertos ante nuevas experiencias y oportunidades.
  • Sienten que necesitan ser perfectos en todo lo que hacen para sentirse aceptados y valorados.
  • Considerará injusto tanto si tiene menos como si tiene más que los demás.
  • A pesar de ser muy sensibles, se desligan de sus emociones o se muestran emocionalmente distantes, dando una apariencia fría que les evita sentirse lastimados o vivir una injusticia, a tal punto a veces, de engañarse a sí mismos creyendo que nada puede alcanzarlos.
  • Creen que lo que hacen y dicen siempre tiene que ser justo, algo que los lleva a ser perfeccionistas en todo, pero que en ocasiones los hace ser injustos con sí mismos.
  • La envidia es un sentimiento común para ellos, ya que la comparación es inevitable cuando determinan si algo es justo o no. En ocasiones la misma comparativa los hace pensar que los demás lo envidian.
  • Como les parece muy injusto perder, tendrán un carácter extremadamente competitivo.
  • Cree convencido de que se le aprecia más por lo que hace que por lo que es, por lo que buscará ser la estrella o el centro de atención.
  • Pueden tener un optimismo extremo, al punto de mostrarse como si nunca tuvieran problemas y en el caso de tenerlos, se encargan de la solución rápidamente y en lo posible sin pedir ayuda para que nadie se entere.
  • Son personas puntuales (justas), aunque en ocasiones su personalidad perfeccionista les hace sentir la falta de tiempo para completar de forma correcta su objetivos. Si llega tarde es porque se tomó mucho tiempo en prepararse.
  • No se lleva muy bien con la autoridad, ya que desde niño aprendió injustamente que la razón siempre la tenía su progenitor.
  • Cuando esté convencido de tener razón ante una autoridad, se justificará al punto de conseguir su aprobación. Por la misma razón vive con intensidad el miedo a equivocarse.
  • El sentido de la justicia siempre estará acompañado del merecimiento, por lo que se ocupará siempre de mantener un equilibrio entre lo que él cree merecer y lo que recibe.
  • Al comunicarse busca se que sus expresiones sean justas, aunque muchas veces pueden caer en la exageración y ser injustos con ellas.
  • Lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, tienen mucha preponderancia en quienes portan esta herida, algo que encaja a la perfección con la perspectiva de ciertas religiones que luego elegirán como guía religiosa..
  • Su sentido de justicia les dificulta perdonar a alguien, sin darse cuenta de que acumulan enojo o rencor y eso los convierte en injustos consigo mismos.
  • En el momento de tomar decisiones, su miedo a equivocarse puede atraer eso que no desean, o cuando ya tomaron una, entrar en constante duda si lo han hecho bien o no.
  • Cuando es el momento de repartir o dividir algo de forma equitativa, el que porta la herida de injusticia será quien realice mejor la tarea.
  • Son exigentes y muy rígidos respecto al autocontrol que ejercen sobre aquellas tareas que se comprometieron a realizar. En ocasiones esto les hace pensar que sólo están para cumplir sus obligaciones y nunca paran a descansar o disfrutar.
  • El autocontrol que aplican de forma rigurosa, muchas veces no le permite entender a otras personas que no lo tienen.
  • Como fácilmente bloquea su parte emocional, actúa muchas veces en exceso, algo que no le permite conocer sus propios límites y sólo se da cuenta de ellos cuando alcanza el agotamiento. Igualmente, cómo prefiere que todo salga a la perfección no pide ayuda: si lo hace él se hará de forma correcta.
  • Prefiere que los demás sepan lo que hace y lo que debe hacer, ya que de esa forma se asegura de que estarán al tanto de lo que se merece. Como el merecimiento es tan importante, será muy ofensivo para el rígido si se lo confunde con suerte o fortuna.
  • Si recibe algún presente o regalo, sentirá la obligación de retribuir lo recibido.
  • Normalmente es ordenado y le desagrada tener que buscar lo que no encuentra.
  • Eligen profesiones y actividades que están en relación a la equidad y la justicia: abogados, jueces, policías, etc.
  • El enojo es un sentimiento conocido, principalmente cuando las cosas escapan a su control y se convierten en injustas; un enojo que en primera instancia se controla por la necesidad de parecer justo, pero que por acumulación termina explotando con más intensidad y que posteriormente luego se intenta reparar a través de las disculpas.
  • Al ocultar sus emociones y sentimientos le es difícil amar y dejarse amar, dando la apariencia de una persona fría, aunque es un mecanismo que utiliza para proteger su sensibilidad, que lo lleva a ser injusto con él y con los demás, ya que se priva de expresar lo que realmente siente. Esto hace que no disfruten del contacto físico.
  • Como en lo profundo son sensibles, no reconocen su actitud ‘fría’, al punto tal de reclamar por la ‘frialdad’ de los demás cuando cree que tienen un trato injusto para con él.
  • El respeto, el honor y la nobleza son importantes, por lo que un título puede alimentar los valores de quien porta la herida de injusticia.
  • Su vida sexual se puede ver limitada por su incapacidad de expresar sus emociones o sentimientos. Aunque físicamente es atractivo y le gusta usar ropa ajustada que delineen su cuerpo no siempre accede, ya que también se crea un ideal de relación que normalmente está lejos de la realidad.
  • Su obsesión por lo que está bien o está mal puede generar tabúes que vayan en contra del disfrute sexual.
  • Le teme al compromiso por miedo a equivocarse de persona.
  • Como lo es todo para esta personalidad, su alimentación debe ser equilibrada. Tiene preferencia por los alimentos salados, aunque su rigidez en extremo hará que pierda el control con dulces y alcohol, para luego ser motivo de excusas y de culpas.

En ocasiones, la herida de injusticia enmascara la herida de rechazo, ya que si en un principio el niño se siente rechazado, para cambiar eso buscará ser perfecto y aceptado, pero cuando comprueba que no es suficiente, aparecerá su herida de injusticia acompañada de la máscara del rígido, que hará que se desvincule de sus sentimientos y emociones para ya no sentirse rechazado.

Si te identificas con características de esta herida, la invitación que se te hace para sanar, es aprender a ser menos exigente y más tolerante contigo mismo y con los demás, que revises tus verdaderos límites y hagas todo lo necesario para permitirte sentir y vivir tus emociones de forma plena, sin la presión de que todo tiene que ser justo y perfecto. Recuerda que no se controla nada de lo que sucede fuera de nosotros, apenas podemos controlar nuestras emociones si nos entrenamos para hacerlo y eso será lo que te permita fluir con el momento presente y con todo lo que allí suceda.

Será muy importante también reconocer al progenitor del mismo sexo que carga esta herida como tu, permitiéndote ser compasivo/a y evitar cualquier juicio hacia su persona, comprendiendo que él la heredó de sus propios padres (tus abuelos) y que tal entendiemiento, contribuirá a sanar las emociones que retroalimentan la herida de las dos partes: Para ello debes considerar que tu progenitor del mismo sexo ha sido injusto contigo, porque así lo ha determinado su herida, por lo que a su historia personal te sirvirá como un espejo directo que a través de lo que te muestra (una repetición) te permite identificar aquello que necesitas sanar de tu propia herida.

Deberás ser consciente que la necesidad de justicia proviene de tus temores más profundos, por lo que tomar consciencia de ello te dará la libertad de Ser y de vivir con plenitud, comprendiendo que estar constantemente en busca del equilibrio y la perfección demanda demasiada energía y se la quita al disfrute y a tus sentimientos más profundos.

Sin dudas que el perdón será la medicina por excelencia que sane esta o cualquier herida, algo que se podrá conseguir al entender el mecanismo psíquico e inconsciente que la gobierna, para así transformar cada emoción en un aprendizaje y dejar de sufrir por un dolor que sólo viene a invitarte a evolucionar.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Conceptos

Las 5 heridas de la infancia

Se le llama HERIDA DE LA INFANCIA a una experiencia dolorosa o traumática que el individuo ha experimentado en su niñez y que ha dejado una marca emocional duradera que se extenderá en el tiempo y se proyectará en su vida de adulto. Estas heridas emocionales pueden ser el resultado de experiencias como el abuso emocional, físico sexual, la negligencia, el abandono, la traición o la injusticia.

Estas experiencias pueden ser reales o percibidas (conscientes o inconscientes) y normalmente son causadas por la relación del niño con sus progenitores o quienes hayan cumplido con ese rol de autoridad.
Cuando se experimenta una herida emocional en la infancia, eso puede afectar su forma de ver y relacionarse con el mundo a su alrededor, lo que puede impactar en su autoestima, su capacidad para establecer relaciones saludables, su sentido de confianza y seguridad, y su capacidad para manejar emociones negativas.
Como el aspecto físico está estrechamente relacionado con lo emocional, estas heridas pueden verse reflejadas en las formas y características del cuerpo, que ayudan a identificar con mayor eficiencia la herida que cada individuo vive o ha vivido.

Cuando hablamos de la MÁSCARA, nos referimos a una serie de patrones de COMPORTAMIENTO y de PERSONALIDAD que el individuo desarrolla como resultado de su herida emocional temprana. Estos patrones son una forma de DEFENSA PSICOLÓGICA que la persona adopta para protegerse de futuras heridas emocionales similares, afectando significativamente su relación con los demás, cómo se ve a sí misma, cómo ve el mundo que la rodea y por consecuencia determinando cada aspecto de su propia vida.

Según la psicoterapeuta y escritora Lise Bourbeau, las cinco heridas de la infancia son:

HERIDA DE RECHAZO:
Esta herida se produce cuando el niño se siente ignorado, rechazado o abandonado emocionalmente por sus progenitores. La máscara relacionada con esta herida es la del HUIDIZO, que se caracteriza por una tendencia a evitar situaciones o relaciones emocionales íntimas para protegerse de un posible rechazo. Las personas que llevan esta máscara pueden tener miedo de involucrarse emocionalmente con los demás y pueden sentirse incómodas con la idea de depender de los demás o de ser dependientes de ellos.
Quienes llevan la máscara del huidizo pueden tener una autoestima baja y una sensación de falta de valor propio. Tienen dificultades para establecer relaciones significativas y satisfactorias, que los lleva a sentirse solos o aislados. Pueden tener miedo de expresar sus necesidades o deseos y estar dispuestos a complacer a los demás para evitar el rechazo.

HERIDA DE ABANDONO:
Esta herida se produce cuando el niño se siente abandonado física o emocionalmente por sus progenitores. La máscara relacionada con esta herida es la del DEPENDIENTE, que se caracteriza por una tendencia a depender de los demás para sentirse valorado y amado.
Quienes llevan esta máscara pueden tener dificultades para tomar decisiones por sí mismas y tener miedo de enfrentar situaciones difíciles o desafiantes. Pueden sentir que necesitan la aprobación y el amor de los demás para sentirse seguros y confiados.
Las personas que llevan la máscara del dependiente tienen una autoestima baja y pueden sentir que no son capaces de cuidarse a sí mismas. Tienen dificultades para establecer límites saludables y para expresar sus necesidades y deseos. En muchas ocasiones están dispuestas a complacer a los demás para evitar el abandono o la pérdida, incluso a veces forzándose a mantener relaciones en las que se abandona así mismo para no vivir en soledad.

HERIDA DE HUMILLACIÓN:
Esta herida se produce cuando el niño se siente humillado, ridiculizado, criticado o menospreciado por sus progenitores si son muy críticos o si el niño no cumple con las expectativas que tenían para con él. La máscara relacionada con esta herida es la del MASOQUISTA, que se caracteriza por un deseo inconsciente de ser castigado, humillado o rechazado como resultado de la creencia de que no es digno de amor y aceptación. Las personas que llevan esta máscara pueden sentirse atraídas por situaciones o relaciones en las que son tratadas de manera humillante o abusiva y pueden tener dificultades para establecer límites saludables y tolerar comportamientos abusivos por parte de otros.

HERIDA DE TRAICIÓN:
Esta herida se produce cuando el niño se siente traicionado por sus progenitores. Esto puede incluir experiencias de haber sido engañado, traicionado o abandonado por alguien en quien confiaba y la traición puede dejar una sensación de dolor y desconfianza en las relaciones a lo largo de su vida.
La máscara relacionada con esta herida es la del CONTROLADOR, que se caracteriza por una necesidad de controlar las situaciones y las personas para evitar ser traicionado nuevamente. Quienes llevan esta máscara pueden tener dificultades para confiar en los demás y sentir que necesitan controlar cada aspecto de sus vidas para sentirse seguros. Tienen dificultades para aceptar ayuda de los demás, produciendo relaciones disfuncionales y tóxicas. Al ser perfeccionistas, tienen dificultades para aceptar críticas.

HERIDA DE INJUSTICIA:
Esta herida se produce cuando el niño siente que ha sido tratado injustamente por sus progenitores, que puede incluir experiencias de ser castigado injustamente, no ser escuchado o ignorado, o sentir que las reglas y expectativas eran inconsistentes o inapropiadas para él. La máscara relacionada con esta herida es la del RÍGIDO, que se caracteriza por una necesidad de controlar y mantener un sentido estricto de las reglas (justicia) y expectativas, tanto para uno mismo como para los demás. Quienes llevan esta máscara pueden tener dificultades para adaptarse a los cambios y ser inflexibles en su forma de pensar y actuar. Tienen dificultades para aceptar diferentes perspectivas y para ser abiertos a nuevas experiencias y oportunidades.
Las personas que llevan la máscara del rígido pueden sentir que necesitan ser perfectos en todo lo que hacen para sentirse aceptados y valorados. Tienen miedo de cometer errores y son muy críticos consigo mismos y con los demás. A veces pueden tener dificultades para expresar sus emociones y para conectarse con los demás de una manera auténtica.

Cada una de estas heridas tiene un impacto significativo en la vida de la persona, afectando su capacidad para relacionarse con los demás, para confiar en sí misma y para establecer límites saludables. Es importante entender que estas heridas no tienen por qué definir la vida adulta de una persona y que es posible sanarlas a través del trabajo en uno mismo y el cuidado personal. La terapia, la meditación, el trabajo con un terapeuta, la práctica de la autocompasión y el autoconocimiento son algunas de las formas en que las personas pueden ser conscientes de sus heridas de la infancia para poder sanarlas y así vivir una vida más plena y satisfactoria.

Es importante recordar que cada persona es única y que las heridas de la infancia pueden manifestarse de diferentes maneras en cada individuo. Algunas personas pueden tener una o dos heridas, mientras que otras pueden tener todas ellas. También es posible que una persona experimente diferentes máscaras relacionadas con cada herida en diferentes momentos de su vida, dependiendo de las situaciones que esté enfrentando y de cómo se sienta en ese momento.

En general, el trabajo para sanar las heridas de la infancia implica aprender a reconocer los patrones de comportamiento y las creencias que se han formado como resultado de esas heridas y reemplazarlos con patrones y creencias más saludables y positivos, lo que puede requerir una ardua tarea para remover esos aspectos de nuestra sombra, pero que sin dudas nos va a conducir a una vida más plena y satisfactoria en el futuro.

En las siguientes publicaciones voy a estar compartiendo de forma individual aspectos de cada herida y su máscara, para que sea más fácil identificarlas.

¿CON CUÁL TE IDENTIFICAS MÁS? PUEDES COMPARTIR TU PERSPECTIVA EN LA CAJA DE COMENTARIOS DEBAJO.