Información heredada

La genética ha demostrado que a través del ADN recibimos información que determina nuestras características físicas, algo que se hace evidente cuando por ejemplo se observa que un individuo tiene el color de ojos de su padre, el tipo de cabello de su madre, información que se combina en el momento de la fecundación, cuando el óvulo se encuentra con el espermatozoide y dan origen al nuevo ser.

Afortunadamente hoy existe una ciencia llamada epigenética, que ha demostrado que además de las cualidades físicas, también recibimos información que hacen las capacidades del individuo, a lo que se suman también aquellas vivencias no resueltas por generaciones anteriores, que se heredan con el único fin de solucionarlas y evolucionar, un excelente mecanismo diseñado por la naturaleza a través de nuestra biología, que ha funcionado así durante millones de años con nuestra especie y con todas las demás, llevando a cabo un pasaje de información, que evita así el “volver a empezar”.

Ya que los orígenes son diversos, vamos a clasificar la información recibida de la siguiente forma:

Información genealógica: Recibimos de nuestro clan, de nuestro árbol familiar, información de hasta cinco generaciones hacia atrás, incluso en algunos casos se ha podido comprobar información aún más antigua. Estará compuesta de capacidades que otros integrantes del clan tenían, como por ejemplo, la capacidad para la música, el arte, la habilidad para una tarea, así como otras vivencias que quedaron sin resolver y que con fines evolutivos pasarán a las siguientes generaciones.

Proyecto y sentido: En esta información estará el proyecto y el sentido que los padres de forma consciente o inconsciente determinarán para la vida de su descendiente. Es un periodo comprendido entre los 6 a 9 meses antes de la concepción y hasta los 3 años de vida del individuo.

Seis a nueves meses antes de la concepción: El estado emocional de los padres durante los 6 a 9 meses antes de la concepción estará ya grabado en la información que el futuro ser recibirá y formará parte de la energía/información que lo creará.

Concepción: El estado emocional de la madre y el padre al momento de la concepción será también muy importante, lo que cada uno de los progenitores esté sintiendo en ese momento, será proyectado en la energía/información que creará el futuro ser, es decir que esas emociones se replicarán en el nuevo individuo. Por ejemplo, el estado emocional no será el mismo en una concepción deseada, que una producto de un acto forzado.

Embarazo: La percepción del entorno que tenga la madre embarazada, será la misma que reciba el ser que se está gestando, ya que están conectados y este se cree fusionado con la madre, percibiendo y sintiendo exactamente las mismas emociones que ella. Por eso es importante que el periodo de embarazo sea transitado en un ambiente emocional lo más sano posible para la embarazada y su bebé.

Parto: El tipo y las circunstancias del parto, momento en que se llega a la vida tiene una importancia crucial; la forma, como fue el proceso, el lugar, la presencia o ausencia de papá y muchos otros condicionantes ambientales, determinarán en el nuevo individuo un tipo de personalidad y la forma en la que se desempeñe durante toda su vida.

Hasta los 3 años: Así como se explicó que durante el embarazo el niño se cree fusionado con la madre, así lo seguirá creyendo hasta más o menos los 3 años de vida. El niño seguirá sintiéndose uno con su madre y absorberá de forma inconsciente todas las emociones que ella sienta y perciba hasta el momento que tome consciencia de su propio ser,

Sumada a esta información, estarán las vivencias y experiencias propias del individuo, pero sin lugar a duda, en su mayoría serán repeticiones de la información ya expuesta.

Esta información se guardará en la memoria tal cual la registran todos los sentidos, como si se tratara de una película, incluso nuestro cerebro inconsciente es capaz de registrar parámetros ambientales que de forma consciente no podríamos, grabando con prioridad aquellas situaciones o vivencias acompañadas por emociones de alta vibración, es por eso que es más fácil acceder a recuerdos marcados por emociones muy placenteras o muy desagradables.

Vale aclarar que heredamos vivencias y no enfermedades, la información que recibimos hace que la mirada que tenemos del entorno nos haga tomar las mismas decisiones y revivir las mismas emociones del miembro del clan que nos heredó esa información, generando así los mismos síntomas si no se es capaz de resolverlas. Entendiendo esto nos libera de la creencia que existe sobre la probabilidad de sufrir una enfermedad si es que alguien en el clan ya la padeció, con solo cambiar la mirada de lo que nos pasa y gestionar las emociones de forma consciente, nos da el poder absoluto de nuestra vida, evitando así la aparición de un síntoma (enfermedad) o simplemente pudiéndolo revertir en el caso de que ya se haya activado.

Tomar consciencia de la información, nos permite cambiar la mirada sobre la historia familiar e individual, descubriendo allí el para qué de lo vivido, provee comprensión para su trascendencia, dejando de lado el juicio y alcanzar así la sanación que se desea.