La Medicina nos dice que un ‘forúnculo’ es el resultado de una inflamación del folículo piloso, bien delimitada en la periferia, ‘producida’ por una infección de un estafilococo piógeno dorado. El folículo piloso corresponde a la estructura situada en la piel, más precisamente a la dermis. Hay tumefacción y formación de una pequeña escara, que aparece al nivel del aparato pilosebáceo. Los síntomas son:
aparición de nódulos de coloración amarillenta muy clara rodeados por un halo rojizo sobre una zona de la piel que aparece brillante.
Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. Cuando el órgano afectado es la piel, eso nos da indicio de que el conflicto es de ‘relación’, justamente es el órgano que está en ‘relación con lo exterior y en el caso de afectarse la dermis (2da capa de la piel), nos da indicios que ese conflicto de ‘relación’ se ha vivido como un ‘atentado a la integridad’ o como un conflicto de ‘suciedad o de mancilla’,
A estos indicios, podemos agregar, que posiblemente el estrés se haya vivido con mucho enojo o ira y que se puede ver reflejado en la acumulación de infección (pus = suciedad) que forman el forúnculo maduro y que parece un ‘volcán a punto de explotar’, que necesita deshacerse de la ‘porquería’ que se acumuló
La zona en la que aparezca, según su simbolismo, agregará más indicios que permitan hallar el origen particular del conflicto.
VARIANTES:
- Separación y mancilla.
- Cólera que desborda.
- Furunculosis: Golpe bajo y feo a nuestras espaldas.
- Reparación de un conflicto de desvalorización estético.
Si padeces de éste síntoma, debes recordar cuando apareció y buscar en esos momentos cuál fue el conflicto de relación que se solucionó y que ahora tu piel se está reparando. Posiblemente alguna pelea o disputa que se haya vivido con enojo y tenga tintes de suciedad o de mancilla, por lo que habría que contemplar también las experiencias sexuales vividas en los mismos términos o cualquier desvalorización estética vivenciada con esa misma tonalidad.
IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.
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Jorge Pereyra López 