Conceptos

Desvalorización

Siempre hago hincapié en que para gozar de buena salud física, es importante mantener una buena salud emocional, ya que la primera es consecuencia de la segunda y por eso, en referencia a ello siempre destaco dos puntos a tener en cuenta:

El primero: integrar a los padres, que sería lo mismo que aceptarlos tal cuál son y sin emitir ningún juicio, ni bueno ni malo, ya que siempre son los padres perfectos para la evolución personal de cada uno y negar un parte de ellos, sería lo mismo que negar esa parte creadora que está en nosotros, algo que para el cerebro sería lo mismo que estar en incoherencia con nuestra esencia.

Pero en esta oportunidad vamos a poner atención en el segundo punto: que sería mantener la coherencia emocional, entendiendo como coherencia: cuando lo que pienso, lo que siento y lo que hago o digo, están en concordancia, es decir cuando no hay contradicción entre ellos.

La cuestión es que los seres humanos, en alguna oportunidad perdemos esa coherencia, debido a que a lo largo de la vida se va forjando una personalidad, que repercute sin dudas en la manera en que nos relacionamos y en la que afrontamos los hechos de la vida; una personalidad que se moldea en función de la información heredada (en el ADN) y principalmente por lo que vamos aprendiendo de nuestros padres (o de quienes hayan cumplido ese rol), determinando de esa forma nuestra manera de ser y de percibir el ambiente que nos rodea.

Pero a veces esa manera de ser, atenta contra la coherencia cuando el individuo dice o hace algo que va en contra de lo que realmente está sintiendo, tal vez porque no se siente capaz de comunicar sus emociones y más aún si está en contraposición con una situación o persona, por lo que se quita prioridad e importancia, para ponerse en segundo lugar.

Pero como todo en el organismo, sucede bajo la supervisión del cerebro, nada escapa a su control, mucho menos cuando detecta una incoherencia, su manera de funcionar aprendida durante millones de años, no le permite comprender al individuo que le quita prioridad a sus emociones o sentimientos, para decir o hacer algo que va contra de sus intereses y más aún porque sabe que cada emoción (energía) no expresada se irá acumulando en el cuerpo y por consecuencia ese cúmulo de emociones pueden ser el origen de un futuro comportamiento o síntoma no deseado.

Esta incoherencia emocional podemos llamarla también ‘desvalorización’, ya que al relegar mis emociones y sentimientos a un segundo plano, estaría dejando de darme amor, ese valor que conocemos como ‘amor propio’ y que en definitiva es el combustible por excelencia para que todo funcione de forma óptima.

Por eso, a sabiendas de todo esto, te invito a que observes en qué ámbitos de tu vida o con qué personas te estás desvalorizando, para que comiences a respetar tus emociones y sentimientos, teniendo en cuenta que no siempre hay que decir que ‘SI’ y que al actuar de esa forma le demuestras a tu cerebro que ahora eres tu prioridad y eso sólo te aportará salud.

Recuerda que la comunicación es la mejor herramienta para mantener la coherencia, siempre se puede encontrar la forma y las palabras correctas para expresar lo que ‘NO’ deseo o quiero. Vinimos a ser felices y mucho de ello depende de las decisiones que tomamos a diario, siempre ten presente tu persona, date mucho amor y no pienses que eso es ser egoísta, sino que es pura lógica, ya que si primero no te das amor a vos mismo, no tendrás nada para ofrecer luego a los demás…