La Medicina nos dice que las ‘várices’ son una dilatación patológica permanente de una vena del muslo y especialmente de la pierna acompañada por una alteración de su pared. Las várices se producen en la red venosa superficial de los miembros. Cuando la vena está deteriorada, la sangre no puede volver correctamente hacia el corazón manteniéndose en la vena, produciendo así una hinchazón característica de las várices, que al dilatarse se retuerce. Esto provoca un malestar estético a veces acompañado de edema, dolor, prurito, calambres.
Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de las ‘várices’ son varios los indicios que podemos analizar: Si hay inflamación y ensanchamiento de las venas, el cerebro entiende que hay una necesidad de aumentar el caudal de sangre en esa zona y proveer más energía (nutrientes, oxígeno, etc.), ya que el individuo debe ‘soportar’ una ‘carga’, que también puede ser simbólica, como una carga emocional. Al estar involucrada la ‘sangre’ nos da indicios de que el conflicto es con alguien de la familia (mi sangre), más precisamente con la madre o con un doble, ya que los miembros inferiores también la representan.
Como las ‘varices’ son una reparación, siempre aparecen al terminar el conflicto, al dejar de cargar, pero ese sentimiento puede volverse un círculo vicioso, lo que retroalimenta el síntoma de la misma forma, haciendo que nunca se complete la reparación y el síntoma persista.
VARIANTES:
- Conflicto de no poder o no querer volver al redil.
- Conflicto de desvalorización en la vertiente femenina con la tonalidad «Arrastro mi condena, mi bola de reo; la vida es un fardo pesado que una arrastra».
- Puede haber un conflicto de frustración sexual, a lo cual se acopla un posible conflicto de no poder o no querer volver al nido (casa familiar, país natal, etc.) y, por lo tanto, problemas de pérdida de territorio. Los hombres que producen várices vivenciaron el conflicto en su ánima, su lado femenino.
- Conflicto de pérdida de nobleza.
- Faz lateral de los muslos:
- Faz activa muy clara del conflicto de querer controlarlo todo y conservar el poder sobre todo.
- Oposición al regreso a casa, vivida con rencor.
Si padeces de este síntoma, deberías revisar qué o a quién estás cargando, identificar cuál es el ‘peso’ que te estás obligando a llevar aunque no quieras, para que al identificarlo observes los sentimientos que eso te genera y que son la señal que le estás dando a tu cerebro inconsciente para que adapte tus venas, como la solución para soportar mejor esa carga.
Una opción, como un gran acto de amor propio, es considerar tu libertad de dejar de cargar lo que no deseas, eso sin dudas sanará el síntoma de forma definitiva, aunque también puedes seguir haciendo o que realmente no tengas otra alternativa, por lo que deberás transformar los sentimientos con los que acompañas la acción; al cambiar de actitud y buscar un sentimiento ‘positivo’, el tomar acción se sentirá mejor y tu cerebro entenderá que eso ya no representa una carga para vos, lo que se traducirá en la sanación del síntoma.
IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.
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Jorge Pereyra López 