
También llamada ‘Enfermedad de Gélineau’ es definida por la medicina como un impulso o ataque irrefrenable de sueño, que puede llegar a transformarse en un estado letárgico. En su forma más fuerte se presenta con cataplejía, con episodios de pérdida de tono muscular. Pueden presentarse otros síntomas, como imposibilidad de hablar o moverse.
Estos ataques pueden durar segundos o minutos. Alucinaciones frecuentes. En la mayoría de los casos hay disminución de la hipocretina en el líquido encefalorraquídeo.
Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica del cerebro inconsciente a un conflicto que el individuo no puede resolver conscientemente. En este caso, analizando la función que tiene el sueño, sabemos que es vital descansar para favorecer la reparación del organismo, pero si hay narcolepsia, es porque el cerebro registra en su memoria un conflicto o vivencia desagradable que se ha vivido de noche o cuando se dormía, por lo que ahora considera peligroso dormirse, pero como no puede estar despierto todo el tiempo por lo necesario que es el descanso, generará esos estados de sueño repentinos y fugaces en cualquier momento y lugar.
VARIANTES:
– Es vital poder dormir a pesar del peligro.
– Caer en un sueño frío, sin pulso: miedo a ser enterrado vivo. Enfermedad imaginaria: asma con focos en laringe y pulmones.
– Conflicto de impotencia en mostrar los dientes, la agresividad mejor solución: tanatosis (hacerse el muerto frente a un predador que sólo come lo que él mismo mató).
Si padeces de este síntoma es importante encontrar cuál fue el evento vivenciado previamente como peligroso y que está haciendo que el cerebro genere un desorden entre la vigilia y el sueño repentino. Recuerdo el caso de una mujer que atendí con narcolepsia, que cuando era niña había sido abusada por su padre mientras dormía en la noche y ya de adulta, el síntoma se desencadenaba por la presencia de su marido que era doble de su padre o abusador (para el inconsciente las mismas personas) por lo que el cerebro consideraba que debía estar alerta al peligro. Al encontrar el origen (abuso) y desde la consciencia saber que su marido no era el abusador, el síntoma dejó de existir.
IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.
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