
Es común hablar con madres o padres que consultan por la adicción de sus hijos, preguntan ‘¿Cómo pueden ayudarlos?’ y para responder a esa pregunta, hace falta formar una idea, para que antes de pensar en cualquier ‘ayuda’ puedas comprender que los hijos son el producto de la programación que por ausencia o presencia recibieron de sus padres o de quienes hayan ocupado esos roles.
En primera instancia debemos integrar la perspectiva que tiene la Biodesprogramación acerca de una adicción: Siempre observamos el síntoma como la ‘SOLUCIÓN BIOLÓGICA’ del cerebro inconsciente para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. EN EL CASO DE ELEGIR UNA SUSTANCIA COMO ‘SOLUCIÓN’, EL CEREBRO ESTÁ BUSCANDO OBTENER DE ELLA UNA ‘SENSACIÓN’ O RECREAR UN ‘ESTADO EMOCIONAL’ QUE EN UN MOMENTO ANTERIOR FALTÓ O NO LE SUPIERON DAR. Por esto mismo, tampoco será casualidad que se elija una sustancia u otra, ya que cada una de ellas tiene un simbolismo preciso para el cerebro que da información acerca de lo que faltó o intenta reemplazar: Por ejemplo la ‘marihuana’ intenta recrear ‘la seguridad de mamá’, así como el ‘tabaco’ o el ‘alcohol’ que busca ‘la protección de papá’, o la ‘cocaína’ que da ‘la seguridad para mantener el control’ y la lista puede ser infinita, ya que se puede ser adicto a cualquier cosa que el cerebro necesite de forma repetida o exagerada, como puede ser la comida, el café, el juego, el celular, el azúcar, un medicamento, etc.
La palabra ‘ADICCIÓN’ también nos indica que el conflicto base se generó por una FALTA DE COMUNICACIÓN: ‘A = SIN’ y ‘DICCIÓN =PALABRA’ por lo que podemos agregar, que la persona que padece alguna adicción, en sus momentos de necesidad, principalmente cuando era niño, NO TUVO EL LUGAR PARA EXPRESAR SUS EMOCIONES O SENTIMIENTOS, O CUANDO REALMENTE LO HIZO NO FUE TENIDO EN CUENTA.
Ahora que sabemos como funciona una adicción, debemos comprender cuándo fue que el cerebro se programó de esa forma y eso sucedió durante los primeros años de vida del niño, aproximadamente hasta los 7 cuando se formó su personalidad, periodo en el que cerebro grabó como verdad y sin cuestionamiento, todo lo que sucedió en el ambiente (emocional) en el que se desarrolló, es decir, con todo lo que el niño vivió por ausencia o presencia de los padres o de quienes hayan ocupado esos roles.
Y aquí es muy importante aclarar, que no se trata de buscar ‘CULPABLES’ YA QUE NO LOS HAY, así como el cerebro del niño (hijo) se programa a través de los padres, sus padres se programaron a través de los suyos (abuelos del niño), todos involucrados en un MECANISMO BIOLÓGICO DE EVOLUCIÓN QUE RIGE EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO y que este artículo busca hacer evidente, para obtener una perspectiva que te permita comprender la adicción de tu hijo/a.
Si ponemos atención en el ambiente emocional del niño que se convirtió luego en adicto, posiblemente encontremos alguna de estas posibilidades:
- Madre, padre o los dos con personalidad sobreprotectora.
- Madre, padre o los dos con personalidad castrante, fría, ausente o indiferente.
- Madre sobreprotectora, padre castrante, o viceversa.
- Ancestro del que se es doble y vivió alguna de las posibilidades anteriores.
Un ambiente emocional con alguna de estas características dejan en evidencia, que en momentos de necesidad, el niño no tuvo el lugar para expresar sus emociones y sentimientos, o cuando lo hizo no fueron tenidos en cuenta, DANDO MUESTRA DE LA FALTA DE COMUNICACIÓN QUE ES LA BASE DE TODA ADICCIÓN.
Esta misma situación, atenta también contra la libertad de ese Ser que se está formando, ya que debe aprender que en la vida existen ´LÍMITES’ y si el niño en su momento no los obtuvo de una forma amorosa y equilibrada, cuando aparezcan en su vida de adulto, no sabrá lidiar con ellos (límites) y eso hará que fácilmente caiga en una ‘FRUSTRACIÓN’, que luego va a requerir de la sustancia a la que se es adicto para poder superar esas circunstancias que no aprendió a controlar.
Padres sobreprotectores o desinteresados en extremo, no le permiten al niño explorar de forma sana su libertad, ya que ninguno de esos modelos enseña de forma equilibrada las ‘reglas de juego’ que luego le servirán como guía en su vida de adulto. Así que si tienes un hijo adicto, en primera instancia está reclamando tu atención, está buscando que le demuestres ese amor que por alguna razón o circunstancia no le pudiste dar en su momento o que la forma que elegiste para hacerlo no lo tuvo realmente en cuenta. Su adicción está pidiendo una guía sana (límites), que lo escuches y consideres siempre sus emociones y sentimientos, independientemente de lo que como madre o padre creas que es mejor para él/ella, que abras un canal de comunicación sincero, que te permita considerar su manera de ver la vida y expresar lo que necesite, para así poder llegar a un consenso que los beneficie a todos.
Si tu hijo está a tu cargo, es adolescente, tu tarea será EQUILIBRAR ESE AMOR CON LOS LÍMITES, principalmente con lo que tenga que ver con su adicción, no le tengas lástima o sientas culpa, ya que eso sería generar situaciones similares a las que lo llevaron a la adicción, su inconscientemente está reclamando amor y límites, no otra cosa!
En cambio, si tu hijo ya es un adulto y en esta situación es cuando muchas veces queda en evidencia que fuiste o sos un padre o una madre sobreprotectora, aunque sea duro de asumir, lo que podías hacer para que tu hijo/a no sea un adicto quedó ya en el tiempo. Ahora debes dejar que viva su vida de la forma que el o ella elija y si lo/a deseas acompañar, puedes hacerlo sin invadir su libertad, mostrándole las diferentes alternativas que le permitan sanar su adicción, ya sea una terapia o cualquier tratamiento, para que en su libertad, si así lo desea, pueda tomar cuando lo que crea conveniente.
Desde la Biodesprogramación entendemos que nadie puede ayudar a nadie, como el origen de todo lo que sucede en nuestra vida está relación absoluta con la información interior que nos creo, en todos los casos, el único que puede llegar a ella, es el propio individuo y para eso no existe ningún tipo de ayuda posible, ya que nadie puede llegar a la información de otro ni tampoco vivir sus emociones; por eso se dice que el viaje de crecimiento es únicamente hacia el interior, un viaje de autoconocimiento, que puede ser acompañado, pero que cada uno tendrá que encargarse de su parte.
Si deseas acompañar a tu hijo, dale el amor que le hizo falta, en equilibrio y poniendo límites si es que aún estás a tiempo, siempre dándole la oportunidad de expresar sus emociones y sentimientos, para que sepa el valor que tiene para ti y de esa forma reconozca su propio valor, algo que le será muy beneficioso para el resto de su vida.
