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Órganos y Emociones

Hígado

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La Medicina nos dice que el hígado es la glándula más voluminosa del organismo, anexa al tubo digestivo, que cumple varias funciones importantes en relación con la síntesis y la transformación de diversas sustancias (vitaminas, sales minerales, proteínas). «Transforma entonces los nutrimentos transportados por la sangre; ayuda al organismo a digerir las grasas segregando bilis, que vuelca en el duodeno; almacena vitaminas liposolubles; transforma la glucosa en glucógeno, reserva energética inmediata; sintetiza los aminoácidos en proteínas; mantiene limpia la sangre capturando, transformando y haciendo inofensivos los tóxicos que se encuentren en ella.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha elegido para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de las afecciones del ´Hígado’, sabiendo que sus funciones principales son la de ‘almacenamiento’ y colaborar con la digestión de alimentos, eso nos da indicios de que el conflicto que llevó al cerebro a modificar la función de ese órgano, está sustentado en MIEDOS A CARECER DE ALIMENTO, que no necesariamente tiene que ser real, sino cualquier alimento simbólico que el individuo considere vital, como puede ser el dinero, la fe, el amor, el respeto, etc. Ese miedo hará que el órgano aumente su función, acumule aún más reservas y de esa forma se soluciona la carencia que se teme. La cuestión es que cualquier órgano que modifique su función, necesitará luego de una reparación y es ahí cuando habrá inflamación, dolor e incluso puede afectar el proceso digestivo, haciendo que el individuo sienta las molestias que genera ese proceso.

VARIANTES:

  • Conflicto principal: carencia. Carencia de lo esencial, de fe, de alimento, de dinero, de amor, de respeto, de reconocimiento; conflicto por no contar con lo esencial. Miedo a no atrapar el bocado vital.
  • Miedo a morir de una enfermedad grave de los intestinos, lo que podría producir una carencia (por no asimilación de las sustancias y una caquexia.
  • Hipersensibilidad emocional, cólera.

En la fase de estrés o cuando el conflicto está activo, hay aparición de manchas redondeadas en el hígado al nivel de los hepatocitos. El Dr. Hamer sostiene que la aparición de una sola mancha puede indicar un conflicto «por identificación» y que, cuando el conflicto es muy intenso para el individuo (el miedo a morir de hambre, por ejemplo), este desarrollará varias manchas. Hay aumento de las transaminasas a causa de la sobreproducción de hepatocitos.

En la fase de reparación, cuando el conflicto se soluciona, hay inflamación, con aumento del caudal sanguíneo dentro del hígado, lo que da la apariencia de engrosamiento de las manchas (lo que puede dar la errónea idea de agravamiento). En ausencia de los microbios adecuados, hay encapsulamiento del tumor y cuando la inflamación se vuelve muy importante, puede constituir una de las formas de cirrosis (hipertrófica). En presencia de microbios, hay caseificación de la mancha redonda con formación de una caverna en la que se regenerará el tejido hepático. Aquí puede producirse una cirrosis (atrófica) por curación tuberculosa muy inflamatoria del parénquima hepático, con compresión de las cavernas. En esta etapa, hay aumento de los niveles de enzimas hepáticas por destrucción celular, a veces con obstrucción de las vías biliares.

Si padeces de afecciones en el hígado, observa a partir de cuándo y busca en esos tiempos cuál fue el alimento vital del que careciste o creíste carecer, ya que esa fue la señal que tu cerebro recibió para aumentar la función de tu hígado. Incluso en algunos casos, aunque la carencia no exista, si hay un miedo a que suceda, para el cerebro será real y actuará de la misma forma.
Es importante también revisar la historia familiar y buscar ancestros de los que seas doble, que posiblemente pasaron hambre o carecieron de alguno de los alimentos vitales ya mencionados. Al observar toda esta información, te da la oportunidad de reconocer a aquellos que padecieron sus carencias, hacer evidente el patrón de repetición y esa toma de conciencia te provee ahora una nueva perspectiva, que te permita entender y gestionar tus emociones, para que de esa forma te liberes de padecer un síntoma que afecte tu hígado.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Órganos y Emociones

Artritis

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La Medicina nos dice que la ‘Artritis’ es una afección inflamatoria aguda o crónica de las articulaciones. Se denomina así a una gran cantidad de formas de afecciones articulares, como la artrosis y la poliartritis reumatoidea. El denominador común es la presencia permanente de dolor, aun en el reposo.

El sistema inmunológico ‘ataca’ la membrana sinovial, que es la estructura especializada que tapiza la cara interna de las articulaciones, las vainas de los tendones y las bolsas articulares. Al verse afectado, este revestimiento (membrana sinovial) se inflama y se hincha y el proceso de la enfermedad puede generar cierta rigidez que finalmente destruye el cartílago y el hueso dentro de la articulación.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En principio, desde nuestra perspectiva no consideramos la existencia de enfermedades ‘crónicas’; sí un síntoma se mantiene en el tiempo, es porque el conflicto que le dio origen sigue activo. En el caso de la ‘ARTRITIS’, que afecta el sistema osteoarticular, eso nos da indicios de que el conflicto tiene como base una ‘DESVALORIZACIÓN’, que es lo mismo que priorizar el valor de los otros antes que el propio. Al analizar la función del cartílago en las articulaciones, que es la favorecer y amortiguar el movimiento, además de permitir su elasticidad, eso nos da indicios, de que la ‘desvalorización’ está ligada a un conflicto en el ‘MOVIMIENTO’ o a una ‘ACCIÓN’ con carga emocional, que el individuo ha vivido con cierta ‘RIGIDEZ’ (falta de aceptación).
Por eso, en la etapa de reparación de las articulaciones expuestas al conflicto, aparecerá el dolor, que en la naturaleza se utiliza como un yeso virtual, que le indica al ser vivo que hay en curso una reparación y para eso debe quedarse quieto hasta su recuperación. Incluso la intensidad del dolor físico, siempre se corresponde con la intensidad de un dolor emocional. Pero en estos casos, por su personalidad o manera de ser, el individuo sigue repitiendo su conflicto de desvalorización, entrando así en un círculo vicioso que afecta sus articulaciones, ya que el cerebro cada vez que las repara las va haciendo más fuertes y esa rigidez hace que pierdan su capacidad de amortiguación y elasticidad, generando así más dolor, que hace que la persona se siga ‘desvalorizando’ cada vez que intente moverse o tenga dificultades para hacerlo.

VARIANTES:

  • Fase de reparación de desvalorización. Conflicto ligero de desvalorización de sí, en el gesto directamente relacionado con la simbología de la localización del tejido cartilaginoso afectado, en la tonalidad de conflicto
    por los demás, respecto a los demás.
  • Pequeños conflictos en los cuales uno se bate, pelea, en un clima agresivo. Acción combate, lucha, rechazo de la cosa, del espacio de la cosa.

SIMBOLOGÍA DE LA ZONA
Tobillo: Conflicto de dirección y apoyo.
Muñeca: Conflicto con el ayudar o recibir ayuda.
Manos: Conflicto con el hacer / trabajo / padre.
Rodilla: Conflicto con una autoridad / flexibilidad / rigidez.
Hombro: Conflicto con tener que cargar y el apoyo.

Ejemplo: Una mujer que teme por sus seres queridos. «Con tal de que no les pase nada…» (acción / movimiento) se preocupa por ellos y se olvida de ella misma (desvalorización): Teme por los fracasos, los accidentes, todo aquello que podría perjudicarlos, todo lo negativo que les puede ocurrir, que para su cerebro será COMO SI le pasara a ella misma y eso irá afectando sus articulaciones.

Nuestro cerebro es muy eficiente a la hora de llevar a cabo una reparación, su objetivo es devolver la salud al organismo lo antes posible, pero si no entendemos el síntoma, como en el caso de la ‘Artritis’ se puede volver un círculo vicioso al interpretar que es el ‘dolor’ el que no me permite el movimiento y eso va a generar más ‘Desvalorización’ que seguirá dañando la articulación y es por lo que se la considera una enfermedad ‘crónica’. En cambio, sí acepto el dolor como una pausa que el cerebro me está pidiendo para reparar, hago reposo el tiempo necesario y su vez soy capaz de IDENTIFICAR la DESVALORIZACIÓN a la que me expuesto en el conflicto, estaría acompañando de forma óptima la recuperación y rompiendo el círculo que retroalimenta la enfermedad.
La coherencia emocional siempre se traduce en la salud, por eso, es hora de comenzar a ocuparte de tu bienestar, priorizar tus emociones y sentimientos antes que a los demás; eso le dará buenas señales a tu cerebro y por consecuencia no existirá ningún síntoma que reparar, por ende ningún dolor.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Hernia inguinal

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La Medicina define la ‘Hernia Inguinal’ como la hernia que atraviesa la pared muscular del abdomen siguiendo el trayecto del canal inguinal (indirecto u oblicuo externo). Se producen por una debilidad de la pared abdominal como consecuencia de un defecto de las fibras de colágeno del propio músculo y la presión que se recibe de los órganos internos, provoca el abultamiento que se genera hacia afuera.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de la ‘Hernia inguinal’ el órgano afectado es el músculo y analizando su función, nos da indicios de que el conflicto vivenciado tiene su tonalidad en el ‘Movimiento o en la fuerza’, ya sea por ‘deber o querer hacer y no poder’ o ‘hacer y no querer o no desearlo’, es decir, cuando hay una incoherencia entre lo que siento y lo que sucede en realidad. Precisamente una ‘Hernia’ también nos da indicios de que el conflicto se ha vivido con ‘cierta presión’, que no se desea estar en ese lugar o en esa situación y que de alguna forma busca una salida, lo que físicamente se verá reflejado en el músculo debilitado que deja ‘escapar’ los órganos internos de su lugar habitual.
Como la musculatura abdominal también interviene y está involucrada en el acto sexual, eso nos da también indicios de que el conflicto de ‘presión’ pueda tener también tintes ‘sexuales’ que requieren cierta ‘fortaleza’.
Por todo esto, la ‘Hernia inguinal’ es la solución biológica más eficiente que el cerebro encontró para que no tengas que hacer ninguna fuerza ni ocuparte de esa ‘presión’, ya que tu cuerpo a través del síntoma no te lo permite.

VARIANTES

  • Los hombres que tienen una hernia inguinal no pueden mostrar sus garras.
  • Conflicto por tener que cavar una trinchera, una cueva, un hoyo en la tierra para escapar al odio.
  • Conflicto con la potencia sexual masculina.
  • Amante y/o hijo perdido en la genealogía (duelo no hecho).
  • «No puedo pasar esa traición sexual, yo creía que teníamos una relación hermosa y completa en todos los sentidos». Odio.

Si padeces de éste síntoma deberías revisar cuando apareció y a partir de allí buscar qué situaciones de presión has vivido, que no has logrado expresar y que ahora tu cuerpo está comunicando a través del síntoma. Esa presión puede venir de otra persona o situación, pero en definitiva es el individuo el que tiene la capacidad de elegir a que exponerse y de mantener una coherencia emocional que no afecte su salud. La mejor medicina siempre es la comunicación, expresar lo que realmente siento, colabora con mantener la coherencia emocional y por ende a conservar la salud. Con respeto y sinceridad, siempre se puede encontrar una buena forma para expresar lo que siento acerca de lo que estoy de acuerdo o no.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Úlcera gástrica

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La Medicina define a una ‘Úlcera gástrica’ como la pérdida de sustancia del revestimiento mucoso del estómago, con desequilibrio entre los factores agresivos y los protectores de la mucosa. Los síntomas se presentan con calambres estomacales, ardor epigástrico después de las comidas (calmado por la ingesta de alimento o los antiácidos), dispepsia, vómitos.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En una ‘úlcera gástrica’ el órgano afectado nos dice que el conflicto tiene tintes de ‘No poder aceptar’, ya que el estómago es el encargado de ‘Aceptar’ el alimento (real o simbólico) que ingresa al cuerpo, que en este caso, el ‘tamaño’ del síntoma nos da una pauta del ‘tamaño’ del conflicto, considerando que las úlceras aparecen cuando se produce jugo gástrico en exceso,que el cerebro manda a producir para poder así ‘digerir’ más rápido ese alimento que ‘No puedo aceptar’, pero una cantidad extrema de jugo gástrico daña la mucosa que recubre el estómago, haciéndole perder su función de protección y filtrado de nutrientes, que al quedar expuestas a este ácido también se dañarán de forma considerable (úlcera).
Como se dijo, el ‘tamaño’ del síntoma, nos indica el ‘tamaño’ del conflicto, por lo que habrá que buscar también, si el evento que el individuo vivió como ‘Inaceptable’ fue único y ‘grande’, o es un ‘pequeño’ estrés con la misma tonalidad (’No poder aceptar’) que se ha mantenido durante el tiempo. Muchas personas que viven su vida en términos de ‘Injusticia’ y que su personalidad NO les permite ‘Aceptar’ lo que la vida les presenta, somatizan en el estómago y en extremo, eso generará las úlceras gástricas.

VARIANTES:

  • Conflicto por no querer tragar algo, conflicto de suciedad brutal y reciente en términos de territorio (nudo en el estómago, adoquín, peso).
  • Conflicto de miedo al cáncer de estómago.
  • Un extraño o extranjero agresivo (real, imaginario, simbólico o virtual), de quien uno no sabe protegerse: es indigesto.
  • Conflicto con el jefe del territorio vecino, conflicto de fronteras.
  • Conflicto territorial indigesto.

Si padeces de éste síntoma, deberías encontrar cual es el ‘Alimento’, real o simbólico (emocional), que ‘no estás pudiendo digerir o aceptar’, ya que eso le está indicando a tu cerebro inconsciente que hace falta más jugo gástrico para digerirlo y que en exceso está generando úlceras gástricas.
Hay que recordar que todo lo que sucede en la vida, es una realidad que por resonancia y vibración hemos creamos nosotros, que las circunstancias y personas que atraemos tienen que ver con nuestro proceso de aprendizaje y que no podemos controlar nada, sólo lo que sentimos en nuestro interior, que podemos lograrlo si aprendemos a dominar nuestras emociones y evitar las reacciones que colaboran con el conflicto.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Órganos y Emociones

Várices

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La Medicina nos dice que las ‘várices’ son una dilatación patológica permanente de una vena del muslo y especialmente de la pierna acompañada por una alteración de su pared. Las várices se producen en la red venosa superficial de los miembros. Cuando la vena está deteriorada, la sangre no puede volver correctamente hacia el corazón manteniéndose en la vena, produciendo así una hinchazón característica de las várices, que al dilatarse se retuerce. Esto provoca un malestar estético a veces acompañado de edema, dolor, prurito, calambres.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de las ‘várices’ son varios los indicios que podemos analizar: Si hay inflamación y ensanchamiento de las venas, el cerebro entiende que hay una necesidad de aumentar el caudal de sangre en esa zona y proveer más energía (nutrientes, oxígeno, etc.), ya que el individuo debe ‘soportar’ una ‘carga’, que también puede ser simbólica, como una carga emocional. Al estar involucrada la ‘sangre’ nos da indicios de que el conflicto es con alguien de la familia (mi sangre), más precisamente con la madre o con un doble, ya que los miembros inferiores también la representan.
Como las ‘varices’ son una reparación, siempre aparecen al terminar el conflicto, al dejar de cargar, pero ese sentimiento puede volverse un círculo vicioso, lo que retroalimenta el síntoma de la misma forma, haciendo que nunca se complete la reparación y el síntoma persista.

VARIANTES:

  • Conflicto de no poder o no querer volver al redil.
  • Conflicto de desvalorización en la vertiente femenina con la tonalidad «Arrastro mi condena, mi bola de reo; la vida es un fardo pesado que una arrastra».
  • Puede haber un conflicto de frustración sexual, a lo cual se acopla un posible conflicto de no poder o no querer volver al nido (casa familiar, país natal, etc.) y, por lo tanto, problemas de pérdida de territorio. Los hombres que producen várices vivenciaron el conflicto en su ánima, su lado femenino.
  • Conflicto de pérdida de nobleza.
  • Faz lateral de los muslos:
    • Faz activa muy clara del conflicto de querer controlarlo todo y conservar el poder sobre todo.
    • Oposición al regreso a casa, vivida con rencor.

Si padeces de este síntoma, deberías revisar qué o a quién estás cargando, identificar cuál es el ‘peso’ que te estás obligando a llevar aunque no quieras, para que al identificarlo observes los sentimientos que eso te genera y que son la señal que le estás dando a tu cerebro inconsciente para que adapte tus venas, como la solución para soportar mejor esa carga.
Una opción, como un gran acto de amor propio, es considerar tu libertad de dejar de cargar lo que no deseas, eso sin dudas sanará el síntoma de forma definitiva, aunque también puedes seguir haciendo o que realmente no tengas otra alternativa, por lo que deberás transformar los sentimientos con los que acompañas la acción; al cambiar de actitud y buscar un sentimiento ‘positivo’, el tomar acción se sentirá mejor y tu cerebro entenderá que eso ya no representa una carga para vos, lo que se traducirá en la sanación del síntoma.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Fibromialgia

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La Medicina nos dice que la ‘Fibromialgia’ es un síndrome doloroso difuso que afecta especialmente a la mujer, de evolución prolongada, pero nunca invalidante. Los dolores se distribuyen en diferentes partes del cuerpo: el occipucio, el cuello, las paredes del tórax, los hombros, las nalgas, el codo, la rodilla. No aparece ninguna modificación objetiva de las articulaciones ni anomalías radiológicas o biológicas. Los dolores producen fatiga, especialmente matinal y a menudo, trastornos del sueño. Puede aparecer un síndrome depresivo.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de la ‘fibromialgia’, que es una enfermedad que cuesta diagnosticar, el individuo se siente incomprendido, ya que no hay signos visibles del síntoma pero siente gran dolor.
La función biológica del ‘dolor’ es evitar el movimiento de la zona afectada, como si de un ‘yeso virtual’ se tratara y que la naturaleza siempre utilizó para que el individuo no se mueva y así encargarse de su reparación (sanación). También sabemos que el dolor físico, es proporcional al dolor emocional vivido por el propio individuo o un doble en su Árbol Familiar, que en el caso de éste síntoma es un programa que comúnmente desciende a través de una línea femenina.
Cuando el órgano afectado es un músculo, podemos determinar que en la tonalidad del conflicto, hay una contrariedad en el movimiento, es decir, una incoherencia entre lo que deseo, quiero y hago.
Es común que las personas con este síntoma en su bondad, se quieran encargar de todo y de todos a pesar de la carga que eso implica, por eso aparece la ‘fibromialgia’ como solución, para mandarla a la cama (dolor = quietud) y de esa forma, ya no tener que ‘hacer’ nada por nadie.
Posiblemente haya una madre, una abuela, una mujer en el árbol, que se quedó sola, que vivió un gran dolor y que le tocó encargarse de toda su familia, por lo que la ‘fibromialgia’ refleja sus vivencias (esfuerzos) e invita a la heredera de la información a reconocer el dolor de su ancestro y comenzar a hacer las cosas de una manera diferentes, evaluando sus prioridades, valorando su propia persona y amándose a sí misma por sobre todas las cosas y los demás.

VARIANTES:

  • Cuatro conflictos asociados:
    1 – Gran impotencia («No puedo moverme en ninguna dirección, ya que cualquier dirección es peligrosa»).
    2- Desvalorización.
    3 – Gran dolor moral.
    4 – Desplazamiento en la verticalidad.
  • Desvalorización y el no saber qué hacer por los demás (impotencia) + separación respecto a lo que deseamos hacer.
  • Buscar en la genealogía:
  • Muerte de un/a niño/a por razones desconocidas, con incomprensión de la madre (lo que le impide completar su duelo) = dolor moral.
  • Hija que no logró protegerse (por impotencia) ni proteger a su padre de una hermana que desvió la herencia = dolor moral.
  • Incesto con embarazo.
  • Padre en prisión, con caída social familiar = dolor moral.
  • Parálisis a consecuencia de una caída en el agua.
  • Mujer impotente, desvalorizada frente al engaño amoroso del marido = dolor moral.
  • Separación respecto a los hijos sin poder (impotencia) volver a verlos.
  • Conflicto de no querer pero deber hacer algo sin poder rehusar.
  • Culpabilidad: miedo a equivocarse o a hacer algo mal («Todo lo que hago está mal»).

Si padeces de este síntoma, tu cuerpo te está invitando a parar, a que evalúes tus prioridades y principalmente que dejes de relegar tu lugar y bienestar por el de los demás o por el de tu familia. Siempre digo que el ‘Amor propio’ es como el combustible que le ponemos a nuestro ‘vehículo’ (mi persona), de esa forma, con el tanque lleno, puedo ir a cualquier parte e incluso puedo ‘llevar’ a los demás conmigo, pero si no lo alimento con ‘Amor propio’, no le pongo combustible, ya no podré ir a ningún lado y tampoco podré llevar a nadie, por eso la prioridad sos vos y puede parecer egoísta pero es pura lógica, ‘sin combustible el vehículo no funciona, ni para vos ni para lo demás’.
Ya si tu bondad no te permite dejar de hacer cosas por los demás, revisa con qué sentimientos o emociones acompañas eso que haces, que no represente un ‘sacrificio’, ya que la incoherencia con lo que sientes, es lo que el cuerpo está somatizando.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Osteoporosis

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La Medicina nos dice que la ‘Osteoporosis’ es la disminución de la trama proteica del hueso. Se reduce la masa ósea, acompañada por una alteración de la arquitectura de ese tejido. El hueso se deteriora, se estrecha, se fragiliza y puede fracturarse fácilmente (la generación de masa ósea está gobernada por la vitamina D y varias hormonas, entre las cuales contamos los estrógenos femeninos).

El desequilibrio entre la actividad de los osteoblastos y los osteoclastos que están más activos que los primeros, producen la fragilidad ósea, presentando así, síntomas como: deformaciones óseas, dolores especialmente en el raquis dorsolumbar, fracturas (a menudo en la cadera, muñeca, cuello del fémur, vértebras).

DESVALORIZACIÓN: Quitarle prioridad a mis emociones y sentimientos para anteponer otra/s razón/es.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha encontrado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de la ‘Osteoporosis’ que afecta a los huesos y que tienen la función de ‘mantener erguida la estructura’ (cuerpo) y que para el cerebro representa simbólicamente la manera en que nos ‘plantamos’ ante la vida, el síntoma indica que el estrés que se vive o se ha vivenciado, ha puesto en juego el VALOR y el lugar que ocupo como persona (desvalorización), para lo que el cerebro, propone como solución: Hacer poros en su interior (huesos) y de esa manera simbólica, ‘hacerme desaparecer’. Por ejemplo, los huesos de las aves, que al ser huecos y por consecuencia más livianos, permiten el vuelo y ante un depredador potencial poder ‘irse’ o ‘escaparse’ de forma eficiente, por lo que esto representa una ventaja que la naturaleza considera.
Además, al afectarse los huesos, que son los órganos ‘más profundos’ del cuerpo, indican que el síntoma que los afecta conlleva un estrés que ha impactado en lo más ‘profundo del Ser’ o que se ha mantenido a lo largo del tiempo. Siempre el ‘tamaño’ del síntoma se corresponde con el ‘tamaño’ del estrés.

VARIANTES:

  • Desvalorización global, crónica, lenta y progresiva en un clima de aceptación o resignación. Por ejemplo: una mujer ya no se sentía atractiva al envejecer, no podrá fecundar después de la menopausia, lo que puede provocar una desvalorización global. Ya no se siente útil.
  • «Haber sido y ya no ser». Ligera desvalorización progresiva global relacionada con lo que uno piensa de sí mismo en su vida, especialmente en el último tercio de su vida. «No valgo nada, soy feo». Conflicto por el envejecimiento: «Quiero permanecer joven». «Así como viene la cosa prefiero ‘borrarme’ sin dejar rastros, desintegrarme».
  • Desvalorización total: «No debe quedar nada de mí cuando haya muerto, ni siquiera mis huesos». Conflicto del tipo «Lo que está podrido no se renueva».
  • Conflicto de no ser lo suficientemente dotado, es decir, de no poder acceder a nuestros dones naturales, que se han ido borrando y que ahora no se pueden usar, lo que nos vuelve nulos e irrelevantes.

Si padeces de éste síntoma debes revisar en qué áreas de tu vida dejaste de darte el valor que te mereces. Es importante entender que ese valor no viene de nada externo, que depende exclusivamente de la decisión de amarse a uno/a mismo/a y que a su vez, eso le enseña a los demás a reconocer tu propio valor. Incluso, si no te sientes cómodo/a con alguien o en algún lugar, utilices ese amor propio para salir ahí y no esperar que el cerebro ahueque tus huesos como una forma de decirte que ‘desaparezcas de ahí’.
En este caso, se te invita a observar el síntoma como la guía para encontrar su origen emocional y que la toma de conciencia, le indique al cerebro que el conflicto se ha terminado, haciendo que comience a reparar la parte afectada de tus huesos.

Es importante tener en cuenta, que no es una falta de calcio lo que genera este síntoma, ya que el hueso tiene menos trama ósea, pero la que tiene contiene la cantidad correcta de calcio. El hecho de suplementar con calcio para combatir la osteoporosis es inutil, puesto que no se carece de ese elemento y se lo eliminará por la orina, algo que puede ser interpretado erróneamente por una «expulsión» patológica del calcio. Esto hace que se vuelva a creer que falta calcio, iniciándose una carrera sin fin contra algo que no está sucediendo. El cerebro recién retendrá calcio cuando lo necesite, es decir, cuando haya que tapar las porosidades del hueso y eso sucederá cuando se haga el duelo del conflicto (Toma de conciencia).

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Órganos y Emociones

Artrosis

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La Medicina nos dice que la ‘Artrosis’ o ‘Reumatismo crónico degenerativo’, es una enfermedad reumática que lesiona el cartílago articular y que al hacerlo se produce dolor, rigidez e incapacidad funcional. Es importante diferenciarla de la Artritis, ya que en ésta es la ‘inflamación’ la causante de la enfermedad y en la artrosis es el ‘desgaste’. Son dos enfermedades que cursan con dolor, en ocasiones hinchazón y rigidez, pero en la artrosis el dolor es de tipo mecánico (es decir, se desencadena con los movimientos y mejora con el reposo).

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha ejecutado para resolver un conflicto que el individuo es incapaz de solucionar conscientemente. En el caso de la ‘Artrosis’ el órgano afectado es la articulación y si integramos su función, podemos determinar que el estrés que la afecta tiene su origen en un movimiento, realizado o impedido, que está en incoherencia con lo que realmente deseo o quiero. Esa incoherencia emocional es lo que llamamos ‘Desvalorización’, es decir, que por algún motivo le he quitado prioridad a mis emociones y sentimientos para anteponer otras razones.
Si analizamos la función biológica del ‘dolor’, su objetivo es como un ‘yeso virtual’, que indica que esa parte del cuerpo debe permanecer quieta para favorecer su reparación. Por eso, cuando el dolor físico aparece y vale recordar que es el equivalente del dolor emocional acumulado, el cerebro está solucionando tu conflicto de movimiento: Te obliga a quedarte quieto/a para reparar las células dañadas y además ya no tendrás que ocuparte del estrés que implica ‘hacer’ o ‘no hacer’ porque ese dolor no te lo permite.
Analizando con más precisión la articulación afectada y la función propiamente dicha de esa parte del cuerpo, nos dará más indicios del estrés que se ha vivenciado y que se detalla en las siguientes ‘Variantes’.

VARIANTES:

  • Desvalorización en el movimiento pasivo, es decir, en el movimiento vivenciado en términos de estructura (diferencia con los ligamentos y los tendones).
  • Desvalorización en el gesto en el espacio, el tiempo: «Tener que hacer esto toda mi vida».
  • Conflicto del mal gesto, de tener que hacer una actividad que uno no logra hacer.
  • En las rodillas: Obediencia, espiritualidad, conflictos que hemos sufrido, deporte + desplazamiento.
  • En los dedos de la mano: Ejecución del trabajo, ya sea del pasado, ya sea en ejecución (presente), destreza y torpeza en el trabajo (a la derecha: conflicto activo respecto a la destreza; a la izquierda: conflicto pasivo).
  • Cadera: Oposición, performance sexual.
  • Cabeza del fémur: Oposición en el avance, en la penetración (incluso sexual) o en la inversión.
  • Cotilo: Idem, pero en la recepción pasiva.
  • Columna cervical: Desvalorización en la comunicación, en la armonización del ‘pensar’ con el ‘hacer’.
  • Columna dorsal: Desvalorización en lo fundamental. Supervivencia de uno mismo o de su clan.
  • Columna lumbar: Desvalorización en términos de creación del funcionamiento de las cosas. ‘Solo puedo contar conmigo mismo, soy el pilar del clan’.

Nuestro cerebro es muy eficiente a la hora de llevar a cabo una reparación, su objetivo es devolver la salud al organismo y volver a la normalidad lo antes posible, pero si no entendemos el síntoma, en el caso de la ‘Artrosis’ se puede volver un círculo vicioso al interpretar que ahora es el ‘dolor’ el que no me permite tomar acción y eso a su vez va a generar más ‘Desvalorización’ que dañe la articulación ya afectada por el conflicto original. En cambio, sí considero el síntoma como una pausa que el cerebro está pidiendo para reparar la articulación afectada, hago reposo el tiempo necesario y soy capaz de IDENTIFICAR LAS EMOCIONES NO RESUELTAS en el conflicto de ‘movimiento’ que he vivido, estaría acompañando de forma óptima la reparación y rompiendo el círculo de retroalimentación del estrés.
La coherencia emocional siempre se traduce en la salud, por eso, SI tienes ganas o deseas hacer algo, ¡HAZLO!, siempre se puede encontrar una manera, incluso pon atención en la ‘autoexigencia’ y como te tratas, para no alimentar la ‘Desvalorización’; en cambio si NO quieres o no deseas hacer, puedes manifestarlo de una ‘buena’ forma y NO HACERLO, cualquiera de estas opciones te darán paz y colaborarán con mantener tu salud.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

¡Si lo deseas, te acompaño a encontrar el origen de cualquier síntoma e iniciar tu sanación!.
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Órganos y Emociones

Conjuntivitis

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La Medicina nos dice que la Conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, de origen infeccioso, viral, parasitario o alérgico. La conjuntiva es una membrana casi transparente que recubre la parte blanca del ojo, la esclera, y también los párpados por su cara interior. Su función es proteger de agentes externos al globo ocular aunque interviene también en la formación de componentes de la lágrima y en la defensa inmunológica del ojo.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como una solución biológica que el cerebro inconsciente ha encontrado ante un conflicto que el individuo no puede resolver conscientemente. En el caso de la Conjuntivitis, el órgano que presenta el síntoma es el ojo, por lo que su función nos indica que el conflicto está en la acción de ver, más precisamente de ‘no querer ver’ algo que se considera ‘sucio’. Por eso, la aparición del síntoma evita ver lo que no se desea y a su vez los microorganismos involucrados que aparecen siempre en la etapa de reparación, intentarán ‘limpiar la suciedad’ que he visto.

VARIANTES:

  • Inferior = madre; superior padre.
  • Juntos de por vida: «El tarado con quien nos juntamos de por vida».
  • Conflicto de separación, no poder soportar lo que vemos.
  • Ya no puedo verlo» + «atrapar a mi hijo con la vista» + punto de no retorno insoportable = llanto.
  • Conflicto de separación, asociado a la presencia de un parásito intestinal.
  • Conjuntivitis purulenta: Conflicto de visión sucia: no querer seguir viendo tal cosa sucia.
  • Conjuntivitis primaveral o estival: Visión sucia + gran estrés de separación a causa de un objeto u objetos precisos, todo asociado a una subtonalidad natural (juegos en el jardín, la calle, etc.).
  • Conjuntivitis virósica: Conflicto de visión muy sucia en relación con un conflicto de comunicación y/o circulación de las informaciones, con una subtonalidad de separación visual general.
  • Conjuntivitis bacteriana: Conflicto de visión muy sucia en relación con un conflicto de comunicación y/o de circulación de las informaciones.
  • Conjuntivitis alérgica: Conflicto de visión sucia, acoplado a un conflicto de separación y a la subtonalidad sutil (consciente o inconsciente) de repeticiones en el espacio y/o en el tiempo. La primera «A» es siempre importante, en la historia en relación con el alérgeno o la combinación precisa de alérgenos. Todo está junto la primera vez.

Si padeces de éste síntoma deberías preguntarte cuando apareció y a partir de allí encontrar esa vivencia que fue desagradable ver. Es común que a este síntoma se le atribuya una alta posibilidad de contagio, pero desde la Biodesprogramación sabemos que todo tiene su origen en lo emocional y si hay más de una persona ‘infectada’ es porque ellas vivieron un conflicto con la misma tonalidad descrita. Tomar consciencia de la vivencia que le dió origen, hará que el inconsciente resuelva el síntoma, acelere la reparación y el organismo vuelva a la normalidad en menos tiempo.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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Órganos y Emociones

Gripe

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La Medicina nos dice que la Gripe puede presentarse bajo la forma estacional o pandémica, es decir que se encuentra en toda la superficie de la Tierra, independientemente de las estaciones. Afecta esencialmente las vías respiratorias: nariz, sinus, garganta, pulmón y el oído medio. Sus síntomas son: tos, síntomas nasales o dolor de garganta, dolores musculares, escalofríos, sudoración, malestar, fatiga y dolores de cabeza.

Desde la Biodesprogramación observamos el síntoma como la solución biológica que el cerebro inconsciente ha encontrado para resolver un conflicto que el individuo conscientemente no puede. En el caso de la Gripe, que es similar al resfrío, en la primera etapa el individuo está en estrés por un conflicto de duda, presintiendo que puede ser engañado o teme por el resultado de algo que le preocupa, por lo que el cerebro para solucionar ese conflicto, va a aumentar la capacidad de aire que entra y así poder ‘oler mejor el panorama’, para eso va a ensanchar las vías respiratorias, lo que producirá ulceraciones (pequeñas heridas) en los órganos involucrados. En la segunda etapa, independientemente del resultado del conflicto, CUANDO YA NO EXISTE LA DUDA, se iniciará la etapa de reparación de las vías respiratorias que sufrieron ulceraciones y recién ahí aparecerán los síntomas: Aumentará de temperatura de la zona, generando un ambiente cálido, acompañado de moco que proveerá humedad y propiciará la aparición y reproducción de los virus necesarios en la reparación (Las proteínas que envuelven a algunos virus son utilizadas por las células para su reparación). Según el tamaño del estrés y el tiempo de duró la duda, será el tamaño y el tiempo de la reparación.

VARIANTES:

  • Conflicto humano en general ligado al territorio. Conflicto de disputa.
  • Conflicto de separación + noción de aferrarse: ya no nos escuchamos, ya no nos sentimos.
  • No poder tragar algo, breve pero muy intenso, pequeños conflictos familiares amplios.
  • Si en vagotonía no hay virus, la enfermedad dura (bronquitis). Si el virus aparece, la enfermedad es breve y explosiva (gripe).
  • Solución frente a un compañero/a que asfixia y traba.
  • Miedo a la invasión por medio de una orden.
  • Bronquitis gripal: «No puedo quejarme».

Si estás engripado, debes observar cuándo comenzaron los síntomas y buscar en ese momento cuál fue la DUDA o conflicto que se pudo resolver (independientemente de su resultado) y que desencadenó la reparación. Al tomar consciencia la reparación se acelera y los síntomas se atenúan.
Este comportamiento del cerebro inconsciente tira por la borda la creencia de que el frío es el que puede enfermarte, ya que la baja temperatura del aire no va a ulcerar tus vías respiratorias si el cerebro no tiene la necesidad. La frase ‘Abrigate que te vas a enfermar’ la escuchamos todos desde pequeños y claramente es una programación que debemos cuestionar si necesitamos generar una realidad más placentera y con mejor salud.
Si eras una persona que siempre se engripa, deberías buscar en tu entorno familiar (progenitores), cuando eras pequeño/a, quien te engañaba o te generaba desconfianza, allí encontrarás el origen de tu personalidad desconfiada.

IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.

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