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Las 7 Leyes Universales

Existen siete leyes que explican al funcionamiento de todo lo que existe dentro del Universo, lo que es importante aclarar que cuando se habla de «Leyes», es porque todas ellas se cumplen sin excepciones, incluso el definirlas de forma separada puede resultar complejo, ya que todas están estrechamente vinculadas y el funcionamiento de una tiene que ver con todas las demás, algo que vas a descubrir a medida que avances en la lectura y se integrará todo al final. En Biodesprogramación estas Leyes forman parte del mapa que se utiliza para la búsqueda del conflicto emocional a resolver, ya que nuestra biología (cuerpo) y principalmente el cerebro, rigen su funcionamiento a partir de todas ellas:

1 – Ley del Mentalismo.
2 – Ley de Correspondencia.
3 – Ley de Vibración.
4 – Ley de Polaridad.
5 – Ley de Ritmo.
6 – Ley de Causa y Efecto.
7 – Ley de Género.

1 – Ley de Mentalismo
La Ley de Mentalismo dice: «El Todo es mente«. El Todo es la realidad fundamental que se encuentra detrás de todas las manifestaciones. El Universo mismo es la creación mental del Todo, del Espíritu, que nuestra percepción y comprensión no nos permite definir completamente, pero podemos describirlo como una (información) mente infinita, universal y viviente. Esta Ley explica la naturaleza de la energía, de la fuerza, de la materia y el cómo y el por qué todas ellas están subordinadas al dominio de la mente. Para que algo exista, antes debe haber existido en la mente, por ejemplo, para que la pantalla que utilizamos para leer este texto exista, se necesitó una idea previa, creada en la mente (fuente) de su inventor, para luego manifestarse en la realidad. Lo mismo sucede con una planta, dónde toda la información de su creación estaba contenida en la semilla (fuente); una semilla que también fue creada a partir de la información de la planta que le dio origen (Ley de Correspondencia).
Este mismo principio de creación aplica a nuestra mente (fuente), por eso es fundamental observar los pensamientos (que son energía e información), para poder ser conscientes de lo que están creando y tener así una vida acorde a lo que deseamos, porque si no estamos atentos, seremos víctimas de nuestra cerebro inconsciente que en modo automático sigue creando y diseñando una realidad que se corresponde con la información ancestral heredada, generando vivencias repetitivas, que pueden resultar desagradables y dar lugar a síntomas que enfermen el cuerpo.

2 – Ley de Correspondencia
Esta segunda Ley habla de que existe una correspondencia en todo en el Universo: “Como arriba es abajo, como abajo es arriba”, “Como adentro es afuera, como afuera es adentro”. Siguiendo con el ejemplo de la pantalla, su creación física se corresponde precisamente con la idea que surgió en la mente de su inventor. En el caso de una planta en particular su desarrollo se corresponde con la información contenida en la semilla desde donde nació; o como puede ser el caso del Homo Sapiens, que su información se corresponde con la de sus progenitores, que estaba contenida en el ADN del óvulo y del espermatozoide al momento de la concepción.
Aquí podemos ver también como esta Ley aplica en el poder de creación de la mente, donde todo lo que se refleja en el exterior, se corresponde con la información mental/interior y que sabemos pertenece a la que heredamos de nuestro clan familiar.
Darnos cuenta de este mecanismo de creación, nos convierte en responsables de todo lo que sucede en la propia vida, dejando de ser víctimas del cerebro inconsciente, observar los pensamientos (información que utiliza), cambiar aquellos que puedan estar afectando la vida por otros más ‘positivos’ y utilizar a favor el poder de creación de la mente para manifestar la vida que realmente se desea.

3 – Ley de Vibración
La Ley de Vibración dice que nada está inmóvil, todo vibra, todo se mueve, desde el Todo hasta la materia más densa como lo puede ser una piedra, todo está en constante movimiento y que la única diferencia se haya en el grado en que vibra su energía.
Si todo está en constante cambio o vibración y se manifiesta como energía o fuerza, siendo estas la misma cosa en diferentes estados vibracionales, podemos dar por hecho de que en el Universo está todo conectado por la misma energía: Por ejemplo, que no veamos el aire, no quiere decir que no existan las partículas que lo componen y es allí, en el interior de sus átomos, que la energía se manifiesta por el movimiento de sus corpúsculos (Partículas de materia de tamaño microscópico) al rededor del núcleo atómico. Si lográramos tener una visión tan pequeña como para ver esas partes, veríamos que representan una mínima cantidad de materia y mucho espacio y energía (99 % espacio y energía y 1 % materia); algo que sucede en los átomos del aire, de la piedra, del hierro y de todo en el Universo, incluido nuestro cuerpo que está formado por millones de ellos.
Esta Ley nos permite dimensionar lo que representa cada pensamiento, acción o emoción, que son semillas de la mente y portadores de información/energía, que se proyectan hacia el Universo, que por consecuencia, correspondencia o resonancia, devolverá hacia nosotros, personas o vivencias que se encuentren en ese mismo estado vibracional (con la misma energía).

“Si quieres entender el Universo piensa en energía, frecuencia y vibración” Nikola Tesla

4 – Ley de Polaridad
La Ley de Polaridad habla de que todo tiene dos polos o su par de opuestos, opuestos que son idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado: Por ejemplo la luz y la oscuridad son de la misma naturaleza, se podría definir a la luz como ausencia de oscuridad o a la oscuridad como ausencia de luz, de la misma forma aplica en el calor y el frío, en lo grande y lo pequeño, en lo alto y lo bajo y la lista puede ser infinita en la realidad dual en que vivimos; algo que también aplica en el plano mental, dónde existe el juicio que determina que es el bien y el mal, el placer y el disgusto, el amor y el miedo, etc.
Todo es y no es al mismo tiempo, nada es absoluto, todo es dual. El funcionamiento de nuestra mente consciente es dual, ya que constantemente nos lleva a emitir juicios en la toma de decisiones y muchas veces polarizarnos en un extremo u otro, generando así estados vibracionales muy marcados que pueden generar vivencias poco placenteras.
Ser conscientes de esta Ley nos permite observar en que polaridad estamos cuando se genera la realidad que vivimos, pudiendo comprender que todo tiene su correspondencia con la información/polaridad opuesta, permitiendo dejar los juicios de lado, sabiendo que no hay una víctima sin un victimario, un perdedor sin un ganador, un sumiso sin un dominante, son polaridades que se corresponden entre sí y que lo ideal será mantener un equilibrio entre ellas, que permitan un mejor funcionamiento y por consecuencia una vida más armónica y placentera.

5 – Ley de Ritmo
La Ley de Ritmo está estrechamente asociada a la Ley de Vibración y la de Polaridad, ya que todo se mueve (vibra) entre dos polos opuestos, tal cual lo describe el movimiento pendular, el mismo grado que se mueva hacia a la derecha se moverá hacia la izquierda y el ritmo será la compensación entre ellos. Todo asciende y desciende, todo avanza y retrocede, todo progresa y decae, todo nace y muere, todo en la naturaleza es por cíclicos: las estaciones, la respiración, el día y la noche, la menstruación, el movimiento planetario, la memoria celular, todo!
Aplicando este principio que está estrechamente ligado con la Ley de Correspondencia, vamos a entender que si algo se mueve todo lo demás se moverá en la misma magnitud, que el ritmo con lo que se haga algo va a repercutir con la misma velocidad. En Biodesprogramación sabemos que el tamaño del síntoma se corresponde con el ‘tamaño’ del conflicto, que el tiempo que duró el estrés será el mismo tiempo que se necesitará para la reparación (mecanismo que podemos equilibrar a través de la toma de consciencia en una sesión de Bio, acortando el tiempo y alcanzando la sanación del síntoma).
La ley mental de neutralización habla de que no se puede anular este principio, pero nos permite cierto dominio del ritmo y no ser víctimas de él, permanecer en el centro, evitando la polarización y así conservar el equilibrio.

6 – Ley de Causa y Efecto
La Ley de Causa y Efecto dice que “Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”, un evento concreto (efecto) se corresponde (Ley de Correspondencia) siempre con una causa anterior, por eso podemos afirmar que la casualidad y la suerte no son reales, que desconozcamos su causa no quiere decir que no exista, todo se corresponde con una información anterior.
Si entendemos esta Ley podemos darnos cuenta de que uno mismo es la causa de toda su vida, que todo lo que sucede como efecto tiene que ver totalmente con nosotros; con nuestros pensamiento, acciones y emociones, que como ya vimos, tienen energía y vibración, que por resonancia o correspondencia atraerán hacia nosotros, cosas y vivencias en ese mismo estado vibracional; lo que nos recuerda y demuestra algo muy importante: Que somos creadores de nuestra realidad. Ser conscientes de esto nos permitirá abandonar la postura de victimismo (polarización) que en muchas ocasiones tomamos y que necesitamos equilibrar hacia la polaridad opuesta, tomando una actitud responsable, enfocándonos en la causa a modificar, para cambiar y construir todo lo que realmente se desea.

7 – Ley de Género
La Ley de Genero dice que todo tiene una polaridad masculina y una polaridad femenina, también llamadas polaridad positiva y polaridad negativa respectivamente, que nada tiene que ver con el sexo o la bondad, sino que es una manera de definirlas y que aplican en todos los planos. La palabra “género” deriva de “generar», sinónimo de crear, concebir, procrear, producir, etc.
Este fenómeno se observa a nivel atómico, dónde iones y electrones, se manifiestan como energías femeninas y masculinas (o positivas y negativas), correspondiéndose entre sí ya que no podrían existir unos sin los otros. La función de la energía femenina es ejecutar y el de la energía masculina es guiar/acompañar a la otra, por ende podemos decir que la energía femenina es la que tiene el poder de generar, crear o producir.
Este mismo principio aplica al plano de la mente, dónde se la identifica dividida en un YO/masculino y en un MI/femenino, energías que también se corresponden entre sí, con la misión de dar y otra de recibir respectivamente, para generar, crear y producir los pensamiento, acciones y emociones, que se proyectarán fuera de nosotros y como ya se explicó, creando por consecuencia la vida o la realidad que se vive.

Integrar la información que estas Leyes comparten, representa una herramienta muy poderosa, ya que entender como es el mecanismo de creación natural, nos permitirá utilizarlo a nuestro favor para generar la vida que realmente deseamos.

Comprender que la información genética y epigenética que heredamos en el ADN se corresponde con nuestro clan familiar y que es la misma información que utilizará el cerebro en sus procesos; llevando al individuo a emitir juicios determinados y polarizarse en extremos, siendo esta la causa de la realidad que vive (efecto) y que en ocasiones atenta contra su salud física y emocional.

Por eso desde la Biodesprogramación acompañamos al Consultante a tomar consciencia de la información ancestral heredada, encontrar en ella el aprendizaje que permita trascenderla, hará que el cerebro inconsciente la resuelva y de por terminado el ciclo de repetición, algo que llevará al individuo a un estado de libertad que le permita generar la vida que desee.

Bibliografía:
«El Kybalión»  Hermes Trismegisto

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Simbolismos del cerebro

Como ya se hizo anteriormente, se comparó al cerebro con una computadora, que a través de todo lo que perciben los sentidos y con una información previamente adquirida, interpreta y se explica todo del ambiente en el que vive, algo que hará a través de símbolos específicos, que fue creando con la acumulación de información generacional y la heredada entre diferentes especies, simbolismos básicos y muy arcaicos que el cerebro construyó con el paso del tiempo para etiquetar pilares importantes de un organismo vivo, como puede ser la madre, el padre, el territorio, etc.

Para continuar recomiendo repasar el «Funcionamiento cerebral«, ya que las características que allí se detallan con respecto a la forma de percepción del cerebro ayudarán a entender mejor lo que se explique a continuación.

Si frente a mi tengo un «lápiz», el ojo capta la luz que refracta el objeto para formar la imagen en la retina; inmediatamente y a través del sistema nervioso, se envía la información al cerebro con las características del objeto, donde van a ser comparadas con la información aprendida para identificar precisamente que lo que tengo en frente es un lápiz, En el caso de no haber información previa (aprendizaje), tal respuesta no sería posible; ya que si nadie antes te enseñó lo que es un lápiz, nunca sabrías identificar uno. Un mecanismo de percepción que utiliza cada uno de los sentidos de igual manera y que a través del sistema nervioso se comunican constantemente con el cerebro y su información.

Obviamente la interpretación que hace no son sólo palabras, el cerebro lo hará a través de símbolos, que es un conjunto de información, que a través de la evolución y el aprendizaje, acumuló para identificar y explicarse a sí mismo que es lo que percibe y que en algunos casos, ese cúmulo o conjunto de información dio lugar a símbolos específicos.

Esta simbología es la representación de una realidad animal, que hoy en día está en nuestros genes y sigue teniendo superioridad ante procesos modernos. Símbolos o cúmulo de información que representan la madre, el padre, el territorio, la ascendencia, la descendencia, pilares muy básicos marcados por la biología animal, incluido obviamente el Homos Sapiens como una especie más.

Un símbolo importante es el de la figura materna, que incluirá obviamente a la madre, el alimento, los pies, el cariño (alimento emocional), la parte inferior del cuerpo, el agua, la tierra, la piel, etc. Todos simbolismos que a través de la aplicación de la Biodesprogramación se puede determinar su correspondencia.

En contraposición, otro símbolo es el de la figura paterna, que incluirá por supuesto al padre, que también estará representado por el dinero, el trabajo, las manos, la protección, la parte superior del cuerpo, el sol, la autoridad y todo lo que represente esa energía masculina.

Entro otros símbolos, podemos encontrar el del territorio, que estará conformado por todo aquello que el individuo considera como propio: «Mi casa», «mi auto», «mi proyecto», «mi lugar» (en el que vivo), cualquier cosa que para la percepción del individuo forme parte de su territorio.

En Biodesprogramación se utilizará esta simbología para comprender de que forma el cerebro (o el de un ancestro) percibió el entorno al momento del conflicto, poder precisar que símbolos están involucrados en la información que trae el consultante, hará que el Guía pueda orientar la búsqueda para encontrar el origen del problema.

Por ejemplo si el consultante presenta un síntoma en la cabeza, como lo podría ser una migraña, la búsqueda de la vivencia que originó el conflicto, se orientará y se hará utilizando la simbología que representa el órgano o la parte del cuerpo afectada, que según la perspectiva de la Biodesprogramación, la cabeza, representa el padre o la autoridad (también puede ser la madre en el caso de haber ocupado ese lugar, no es cuestión de sexo, sino de rol), lo que orienta hacia dónde se debe llevar la búsqueda dentro de la historia personal del consultante para poder hallar el conflicto original.

Otro ejemplo puede ser el de un consultante que presenta estreñimiento, algo que se da por la retención de agua y que el organismo está cumpliendo para satisfacer órdenes exclusivas del cerebro (Es el que siempre manda y tiene el control), que por alguna razón percibida del ambiente entendió que para solucionar un conflicto debía retener agua. En este caso y según la Biodesprogramación, la simbología a utilizar, será la que representa el agua y que en el afán de retenerla, simbólicamente está intentando retener a la madre, con quien posiblemente haya tenido el conflicto y de alguna manera este individuo aún no ha resuelto con ella.

Obviamente las situaciones de conflicto en las que el cerebro se puede ver envuelto son infinitas, con diferentes matices e intensidades, ya que la vida de un individuo no es igual a la de otro, pero la computadora (cerebro) que tiene el control del cuerpo es muy antigua y la programación que utiliza es igual en todos, reduciéndose al simbolismo arcaico ya descripto. Es algo muy general, no es una ley, pero hay que tener en cuenta que la única manera de aplicarla es junto al consultante, que a través de la entrevista en la sesión podrá utilizar esta información como guía para adaptarla a su historia personal, identificar el simbolismo involucrado y descubrir o recordar que es lo que sucedió originalmente en su vida, comprendiendo lo vivido para que su cerebro entienda que se ha resuelto el conflicto y comience el proceso para revertir el síntoma, alcanzando así la sanación que desea.

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El miedo/estrés

¿Cómo es el mecanismo biológico del miedo/estrés y cómo afecta el funcionamiento del cuerpo?

El miedo/estrés es una de las emociones más primitivas, de la cual se desencadenan todas esos/as sentimientos/sensaciones que normalmente evitamos y que para nada deseamos vivenciar, pero si hacemos consciente la manera en que el cerebro, el centro control del cuerpo, actúa al respecto, se puede dejar de ser víctimas de ese mecanismo, aprender a controlarlo, tomar la enseñanza que trae consigo y procurar así una vida de salud y armonía.

Es un programa (procedimiento o información que determina un conjunto de acciones que tienen el objetivo de alcanzar un resultado) muy arcaico, que ejecuta la parte más antiguas del cerebro y que se rige por leyes biológicas de supervivencia: Su primera ley es mantenernos vivos en el instante siguiente, para lo que utilizará la mayor cantidad de energía que el cuerpo pueda proveer; resolviendo así la situación con tres opciones posibles: Ataque, Huida o Parálisis (Tanatosis), acciones necesarias en un entorno natural donde los roles presa/depredador están vigentes y existe el riesgo de perder la vida, una realidad que ha formado parte del desarrollo de la mayoría de los seres vivos durante millones de años, incluido obviamente el Homo Sapiens. La opción del programa que se elija, sea Ataque, Huida o Parálisis, dependerá del mismo cerebro, que en ese instante y según sus consideraciones, utilizará aquella con más probabilidad de éxito.

Sin dudas, este ha sido el programa de defensa por excelencia, que a lo largo de la historia de los seres vivos, a través de la prueba y el éxito ha logrado evolucionar hasta la actualidad, dejando atrás a los menos aptos que perdían la vida en el intento y dónde radica la raíz de todo miedo: ¡Evitar ser atrapado por el depredador y morir! Una interpretación que aún en la actualidad sigue haciendo la parte más antigua del cerebro y que en menor o en mayor medida, su intensidad de acción estará ligada al tamaño del conflicto que se vive y que cree que debe solucionar.

¿Pero por qué a estas instancias de la evolución el cerebro sigue utilizando programas con millones de años de antigüedad?

Para graficar mejor, vamos a comparar a nuestro cerebro con una computadora, que tiene programas e información previamente cargados que lo hacen funcionar, pero que al contrario de la máquina, que se le pueden borrar los programas viejos e instalar versiones nuevas, con nuestro cerebro no pasa lo mismo, porque sus discos no fueron actualizados, sino que se le fueron agregando partes, pero las más antiguas aún siguen funcionando con su propia información, compuesta por programas de supervivencia, donde mantenernos vivos en el instante siguiente es su prioridad y que aún hoy tienen superioridad ante las partes más nuevas del cerebro. Obviamente ya no hay que luchar con la bestia para no ser comido o atrapado, pero cualquier amenaza actual que la parte más antigua del cerebro registre, será resuelta con el mismo procedimiento, utilizando el programa de Ataque/Huida/Parálisis que pondrá en estado alerta a todo el cuerpo. Por ejemplo se utilizará ante la autoridad de un jefe que maltrata, en una pelea en la calle, en una discusión familiar, etc.; la vida que el Homo Sapiens lleva en la actualidad, lo enfrentan a infinitas y constantes situaciones de miedo/estrés; tal vez con diferente intensidad una vivencia que otra, pero todas se intentaran resolver con este antiguo mecanismo.

Como se mencionó anteriormente, la principal regla para el funcionamiento cerebral, es mantenernos vivos en el instante siguiente. Por eso hará todo lo posible para cumplir con ese objetivo y mantener con vida al organismo. Se encarga de la respiración, la circulación, la digestión y todos esos procesos que el cerebro automático maneja sin que se tenga que pensar en hacer, cumpliendo así con su regla principal, por eso no hay dudas de que toda acción que tome el cerebro, lo hará con la mejor intención y eficiencia, aunque en alguna oportunidad esa eficiencia puede resultar poco inteligente, ya que activar programas que generen ciertos síntomas (acciones de reparación) o cambios en el cuerpo, finalmente pueden acabar con la vida del individuo por el agotamiento de su energía.

Evitar al depredador y terminar siendo la presa, ha sido el mecanismo por excelencia que nos ha permitido evolucionar y que nos ha traído hasta la actualidad, por eso vamos a ver lo que sucede con nuestra biología (cerebro/cuerpo) ante situaciones de miedo/estrés:

A través de su perspectiva, el cerebro interpreta el ambiente con todo lo que captan los sentidos. En el caso de registrar alguna señal que según su información previamente adquirida, represente una amenaza para el individuo, se activará el programa de Ataque/Huida/Parálisis y su intensidad y rapidez, estarán ligadas al tamaño y la intensidad del conflicto que se necesita resolver:

La orden inicial parte del Hipotálamo, una parte del cerebro que comenzará a liberar CRH (Corticoliberina), una hormona que estimula a la Hipófisis (otra parte del cerebro) a que libere hormonas ACTH (Corticotropina) al torrente sanguíneo, lo que a su vez estimula a las Glándulas Suprarrenales (las que se encuentran sobre el riñón) a que comiencen a liberar Cortisol (Hidrocortisona) en la sangre, siendo esta hormona el mensaje químico que pone en aviso a todos los sistemas del cuerpo para iniciar el programa Ataque/Huida/Parálisis. En simultaneo, el riñón que también produce hormonas,, comenzará a liberar Adrenalina y Norepinefrina que también actuarán de mensajeros químicos, con el mismo objetivo de favorecer el programa que se debe ejecutar ante el riesgo.

En este punto, también es importante resaltar la capacidad que tiene el cerebro en optimizar procesos que le permitan el ahorro de energía o redirigirla hacia dónde sea más conviene en un momento determinado, evitando así su mayor miedo: ¡quedarse sin energía o ser atrapado y morir!. Por esto mismo, cuando se activa el programa Ataque/Huida/Parálisis, dónde la necesidad de éxito es fundamental por el riesgo de vida que se corre, el programa obtendrá absoluta prioridad y le quitará energía a muchos otros procesos que también son vitales, pero que para el momento de escapar del depredador no son necesarios:

Inhibición del Sistema Inmunológico: El cortisol disminuye la actividad del sistema y su funcionamiento es deficiente, debilitando la barrera de defensa más importante del cuerpo.
Por ejemplo a los pacientes trasplantados se les prescribe cortisol para desactivar las acciones del Sistema Inmune y así evitar que el órgano recién implantado sea detectado como un intruso y lo rechace. Algo que pone en total evidencia lo nocivo que puede ser para la salud vivir constantemente en situaciones de miedo/estrés que expongan al organismo a grandes cantidades de Cortisol.

Aumento de la frecuencia cardíaca: La función que cumple la sangre de trasladar nutrientes (glucosa, oxígeno, hormonas, etc.) es fundamental en esos momentos, por eso se aumentará la frecuencia en los latidos del corazón. La mayor cantidad de sangre posible irá hacia las extremidades, ya que son de gran necesidad para el programa de Ataque/Huida/Parálisis. También se necesitará oxigenar más y quitar dióxido de carbono de la sangre, que fluirá con más frecuencia en los pulmones. Se necesitará también distribuir con mayor rapidez la glucosa (azúcar/energía) que por la misma estimulación hormonal el hígado libera en la sangre para favorecer también el programa. En casos extremos también pueden sufrirse palpitaciones y/o aumento o descenso de la presión sanguínea.

Inhibición del Sistema Digestivo: El proceso de digestión y otras actividades que realizan los intestinos es suspendida, no es necesario procesar los alimentos mientras esté activo el programa de Lucha/Huida/Parálisis y la energía es redirigida a los sistemas que sí son relevantes para escapar del depredador.

Relajación de los bronquios: Alcanzando ese estado, los bronquios permiten que sea mayor el caudal de aire que se intercambia, por consecuencia va a aumentar la cantidad de oxígeno que los pulmones puedan absorber, un componente de extrema vitalidad para todos los sistemas y procesos que se nutren de él y que son necesarios para la ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis. Como parte del mismo proceso, a través de la exhalación aumenta la cantidad de dióxido de carbono que se despide al ambiente.

Dilatación de las pupilas: La expansión de las pupilas, es un mecanismo que se activa para que ingrese mayor cantidad de luz al ojo, permitiendo aumentar su capacidad visual, algo que es extremadamente necesario para cumplir con la ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis. Cuanta más visual se tenga del panorama, mayores serán las probabilidades de éxito (mantenerse con vida) durante la resolución del conflicto que se está vivenciando.

Considerando que es el cerebro inconsciente (en automático) el que ejecuta el programa de Ataque/Huida/Parálisis, en muchas ocasiones, la evaluación de riesgo que hace, pone en marcha el mecanismo ya descripto y el individuo de forma consiente no sabe por qué el cuerpo está reaccionando de esa forma. Por ejemplo: no siempre se es consciente del polen que puede haber en el aire, pero si el cerebro inconsciente, al que no se le escapa nada, considera que es una amenaza (Alergia), porque según sus registros previos ese componente está asociado a una vivencia desagradable y considera que puede repetirse, va a activar el programa de supervivencia aún cuando el individuo no se haya percatado conscientemente de que el polen estaba allí.
Otro ejemplo y algo más extremo por su intensidad, puede suceder en los ataques de pánico, dónde muchas veces el miedo/estrés se genera inconscientemente y la persona no entiende que fue lo que lo generó su estado, vivenciando de forma extrema los cambios físico/químicos ya descriptos.

Si bien la producción de Cortisol es normal y necesaria para poder afrontar aquellas tareas diarias que se necesitan resolver, un alto o constante estado de miedo/estrés va a perjudicar el funcionamiento del cuerpo, porque no ha sido diseñado para soportar esas cargas y mucho menos que se prolonguen en el tiempo. En la naturaleza el cerebro de un animal que resolvió el conflicto de supervivencia, hará todo lo necesario para que su biología (cerebro/cuerpo) vuelva a la normalidad lo antes posible y así poder seguir con su vida, pero para el Homo Sapiens, que es un Ser emocional y racional, el apego con lo sucedido, lo puede mantener conectado al evento, lo que para el cerebro es lo mismo que revivir constantemente ese estado de miedo/estrés, haciendo que el programa de supervivencia Ataque/Huida/Parálisis esté en constante ejecución, algo que resulta muy negativo para la salud en general.

En este video se puede ver como el animal, aprovechando la distracción de su depredador, comienza a recuperarse, observándose un temblequeo (epicrisis) que indica que su cerebro está resolviendo el conflicto de movimiento (por verse atrapado), para luego incorporarse y continuar así con su vida.

Al integrar esta información podemos darnos cuenta de lo importante que es observar el propio estado emocional, hay allí un indicativo del grado de miedo/estrés que cada individuo está vivenciando en su presente y como ya se explicó, la constante ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis, que demanda mucha energía y que en el afán de administrarla mejor, desatiende procesos vitales a los que les quita su energía, va generando así infinidad de síntomas (enfermedades) e incluso en algunos casos agotando al organismo hasta su muerte.

Por eso mantener un equilibrio entre los estados de estrés/miedo y los de relajación es de vital importancia para el organismo, en los periodos de descanso le dará tiempo para reparar los órganos en los sistemas involucrados con el programa de Ataque/Huida/Parálisis y algo aún más importante, volver la atención a todos esos sistemas y procesos que fueron desatendidos porque se consideró que no eran de utilidad para escapar del depredador.

En la actualidad es casi imposible no tener focos de miedo/estrés activos, por eso, para mantener el equilibrio vital, es recomendable realizar actividad física (cualquiera que ponga en movimiento el cuerpo), procurar una alimentación natural, variada y acorde al gasto calórico diario. Obviamente sin olvidar lo más importante, el ‘Amor propio’, que considero es la energía vital por excelencia y que en su ausencia puede hacer que el organismo funcione de forma deficiente.

También será parte de ese «Amor propio» atender y principalmente entender los miedos, saber cual es la interpretación de peligro que hace el cerebro inconsciente, permitirá evidenciar la información previa que utiliza y la cual lo llevó a ejecutar el programa de supervivencia; una información que como ya se explicó pertenece a la propia vida o a la de su clan familiar y que a través de la Biodesprogramación, es posible hallar el origen de ese miedo/estrés, gestionar de forma consciente la emoción que aún esté pendiente y así permitir la resolución efectiva del programa de supervivencia, para que el cerebro inconsciente interprete que se resolvió y que ya no necesita ejecutar (o repetir) más el programa de Lucha/Huida/Parálisis, haciendo que el individuo sane y por consecuencia pueda alcanzar un estado óptimo de salud y bienestar.

Bibliografía:
«Medicina Ancestral y Epigenética» Dra. Florencia Dafne Raele
«La Nueva Medicina Germánica» Dr. Rike Geer Hamer