
La medicina tradicional dice que las cataratas se producen cuando se opaca el cristalino del ojo, que normalmente es claro y transparente, como si se escarchara un vidrio. No es una ‘tela’ que recubre el ojo, no produce cáncer, ni se transmite de un ojo al otro, ni causa ceguera irreversible. Entre los síntomas más habituales se da una visión borrosa sin dolor, deslumbramiento o sensibilidad a la luz, visión doble de un ojo, los colores se ven atenuados o amarillentos, visión nocturna debilitada.
Desde la perspectiva de la biodesprogramación, en la que el síntoma es la solución biológica que el cerebro inconsciente ha hallado al conflicto, sumada la función del órgano afectado, podemos determinar, que las cataratas se originan en un estrés considerable en el que el individuo por alguna razón ‘no desea ver’ o ‘no desea ser visto’.
VARIANTES:
- No se quiere ver el desapego y el comportamiento ingrato de los hijos. Personas mayores ‘rígidas’ que no quieren ver que sus hijos no quieren verlos.
- Miedo a la mirada de los demás en un contexto de gran inseguridad.
- ‘No creo lo que veo’; ‘Veo lo que no quiero o no debo ver y no quiero verlo porque es horrible para mí’.
- Miedo en la nuca de lo que viene detrás. Separación.
- ‘Esto es inaceptable para mis rígidos principios’ Se ve la realidad de un mundo demasiado embrollado.
- ‘No tengo derecho a ver’.
Muchas veces se dice que este síntoma se genera por el envejecimiento o la avanzada edad, que si eso fuera una ley, todas las personas a determinada edad deberían padecerlo. También se le atribuye orígenes hereditarios, pero desde la Biodesprogramación sabemos que no heredamos las enfermedades, sino que heredamos una información de nuestro clan familiar, que hace que veamos la realidad de la misma forma, entrar en los mismo conflictos y por consecuencia, padecer de los mismos síntomas, por ende, si el individuo hace consciente esa información puede cortar con el ciclo repetitivo y sanar el síntoma.
IMPORTANTE: Lo expuesto aquí no es un diagnóstico, sino que son generalidades simbólicas que se utilizan en la búsqueda del conflicto, siempre con la participación del consultante, indagando en su historia personal para que tome consciencia de lo que está generando el síntoma o el comportamiento que desea sanar.
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