Para entender el cerebro, debemos comprender que es una computadora biológica creada hace millones de años, que utiliza información heredada a nivel genético, conformada por una recopilación de datos desde que comenzó la vida, siempre con la intención de adaptarse al ambiente y las necesidades que surgieran del mismo, algo que puede evidenciarse en el funcionamiento de la pareja, ya que desde una mirada biológica, se la debe observar como una unidad, en la que cada parte se le asignó un rol, para que cumpla con el propósito primordial, dar vida y acompañar su evolución.
Esa unidad estará conformada por una polaridad femenina y una masculina, que para funcionar de forma óptima, cada parte tiene un rol, algo que el cerebro determinará por el nivel químico de hormonas que predominen en el organismo; por ejemplo los estrógenos determinarán la polaridad femenina, que programa al individuo para la cooperación, la huida o la sumisión y la testosterona determina la polaridad masculina, que programa para la acción, el enfrentamiento o la competencia, que debemos entender que no hablamos de sexo, sino de roles, ya que el rol puede variar y es independiente a la sexualidad.
También es importante entender que no se necesita una pareja para tener un rol asignado, ya que inconscientemente siempre tenemos una y el cerebro tendrá una polaridad o rol predeterminado para funcionar, influenciando absolutamente en todo el funcionamiento del individuo, en su organismo y en el comportamiento que adopte con relación al ambiente, sin olvidarnos que son adaptaciones de un cerebro primitivo que ha necesitado funcionar en un ambiente animal, con necesidades básicas que atender, así como estar a salvo del depredador.
La polaridad masculina, se programará para orientarse en el espacio, hablar poco (estar en silencio para cazar), con cicatrización más rápida (en casería sufría más heridas), posee una mente más abstracta, realiza movimientos más toscos y fuertes, tiene más músculo que grasa y desarrolla más la visión de lejos, características necesarias para proveer y proteger a la pareja y a las crías.
La polaridad femenina, se programará para orientarse en el tiempo, hablar más y hacer sociales, tiene más sensibilidad en la piel, un olfato más desarrollado, posee una mente más concreta que permite encargarse de varias cosas a la vez, sus movimientos son más cuidadosos y suaves, su musculatura es menos desarrollada y reconoce los colores con más precisión, características necesarias para proveer y acompañar a las crías.
La polaridad que el cerebro determine en primera instancia, aunque es relativa en el tiempo, será aquella polaridad de la que se tuvo más carencia en relación con los padres, por ejemplo, una mujer con madre ausente y que no tuvo contención emocional, podría polarizarse en un rol femenino y en su vida personal, tomar el rol de escuchar a todos y ofrecer en demasía esa contención que no tuvo. Otro ejemplo puede ser el de un hombre que no tuvo padre, ni guía o protección y al polarizarse en su rol masculino, intentará guiar y proteger de forma extrema a las personas de su entorno.
Igualmente el cerebro puede cambiar su rol, adaptándose según las necesidades que se presenten, por ejemplo, una madre que es abandonada por su marido, dejará su rol femenino y tomará el rol masculino para poder dirigir y proteger a su familia. En el caso de las personas zurdas, ya la biología determina el funcionamiento del individuo; las mujeres zurdas tendrán un rol masculino y en el caso de los hombres zurdos su rol será femenino. Otra cosa que también puede influenciar en el rol, es la química hormonal que se modifica cuando la mujer toma pastillas anticonceptivas o entra en la menopausia, llevando al rol femenino a funcionar más en rol masculino.
Por todo lo expuesto, podemos afirmar que la polaridad tiene una influencia absoluta en la percepción del individuo, haciendo que polaridades opuestas se atraigan y polaridades iguales se repelan, algo muy importante a tener en cuenta cuando existe la necesidad de relacionarse, con una pareja, amigos, familia, etc. cada individuo tendrá su polaridad o rol y se manifestará al respecto, algo que conscientemente podemos observar, para que no sea tan radical y adaptarlo a las necesidades y conveniencias de cada momento.
Por ejemplo una mujer que está en polaridad masculina, si pretende encontrar un persona que la acompañe, deberá observar el rol de su contraparte, ya que si está en rol masculino como ella y como dijimos, polaridades iguales se repelen, ella tendrá que adoptar un rol más femenino o de lo contrario encontrar a alguien en un rol femenino que se deje guiar.
Lo mismo ocurriría en un hombre que está en polaridad femenina, si pretende encontrar una persona con quien relacionarse, deberá observar el rol de su contraparte y hallar una polaridad opuesta, ya que encontrar a alguien en su mismo rol femenino, haría que la relación no funcione de forma equilibrada.
Por eso al comprender el funcionamiento cerebral que determina la manera en que actúo, permitirá adaptarme y no ser víctima de él, por ejemplo, si mi rol es masculino y en el momento necesito ser más empático, ofrecer mi oído para escuchar, abrazar o contener emocionalmente a otra persona, podría adoptar circunstancialmente el rol femenino, que resultará más beneficioso para suplir las necesidades planteadas y adaptarme mejor a la situación. En cambio si mi rol es femenino y en el momento necesito tomar el control y guiar una situación, utilizaría un rol más masculino para dirigir lo que necesite y sea más beneficioso para la ocasión.
