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Las 5 Leyes Biológicas de la Nueva Medicina Germánica

La historia del Dr. Ryke Geerd Hamer (1935-2017) que hoy nos conecta y que se detalla en «Origen de la biodesprogramación«, comenzó allá por la década del ’70, en un evento lamentable como fue la pérdida de su hijo y que posteriormente, unos meses después el Dr. Hamer llegó a padecer un cáncer de testículo. A raíz de ello y haciendo uso de su profesión, comenzó una investigación con personas que padecían o habían padecido el mismo síntoma; indagando en sus historias personales previas a la enfermedad, descubrió que todas ellas habían pasado por situaciones similares y llevó a plantear la hipótesis de que el síntoma se desencadena a razón de un evento previo y que representa una solución biológica del conflicto, algo que luego pudo confirmar con sus investigaciones y dieron sustento a «Las 5 Leyes biológicas de la Nueva Medicina Germánica”. Esto llevó al Dr. Hamer a enfrentarse a diferentes conflictos legales; la magnitud y consecuencias de sus descubrimientos ponen en dudas o en algunos aspectos contradicen la medicina tradicional, algo que lo llevó a enfrentar un juicio por mala praxis, perder su licencia médica e incluso ser encarcelado.

Hoy en día y a pesar de dos solicitudes (1986 y 1994) que el juez a cargo de la causa del Dr Hamer le hizo a la Universidad de Tübingen, siguen pendiente los estudios científicos oficiales, que acrediten o desacrediten sus teorías. Si realmente los estudios que presentó hubieran sido todo lo que se dijo en los medios para desprestigiarlos y tratar al Dr. Hamer de loco y charlatán, no entiendo por qué no utilizar los medios científicos para abalar esas opiniones y confirmar realmente que son erróneas… por eso dejo que cada uno saque sus conclusiones.

Para continuar, es importante definir el concepto «Ley» como algo que se ha comprobado y que siempre se cumple, por eso y a pesar de no ser reconocidas por entidades oficiales, las Leyes que descubrió el Dr. Hamer existen, él no inventó nada, son Leyes Biológicas, propias de la naturaleza, que sustentan un cambio de paradigma y abren las puertas a una toma de consciencia que nos permita evolucionar como individuos y como el gran organismo que somos como especie.

1 – Ley de hierro del cáncer
Esta primer Ley dice que no hay enfermedad sin un bioshock, entendiendo por bioshock a un evento que debe cumplir cuatro características fundamentales: Inesperado, dramático, vivido en soledad (o compartido sin ser comprendido) y sin solución aparente para el individuo. Esto desencadena en el cerebro la activación de un Programa Especial de la Naturaleza con Sentido Biológico (SBS), un programa o conjunto de instrucciones que tienen un sentido de supervivencia.
Ese bioshock dará como resultado un DHS, que en honor a su hijo y por las siglas en alemán abrevian “Síndrome de Dirk Hamer” o también llamado Foco de Hamer, que aparecerá en una zona determinada del cerebro, como un edema (inflamación a base de agua que inhibe la actividad eléctrica de la zona) y que afectará al individuo en tres niveles simultáneos:

Pisque: Entendiendo a la psique como los procesos conscientes e inconscientes de la mente humana y que en estrés crea un desequilibrio mental y emocional recurrente por el evento que lo provocó.

Cerebro: El DSH impacta en una zona específica y predeterminada del cerebro, que es la que está asociada a un tema o al tipo de conflicto que lo desencadenó; además es la zona asociada al comportamiento y programas de un órgano en particular, llamada “Relé”.

Órgano: El órgano biológicamente más adecuado y preparado para sobrevivir a la amenaza, inmediatamente variará su función como parte del SBS. Entendiendo esa variación como aumento, diminución, activación o desactivación (Las 4 teclas de la Biología) según se requiera, con el único objetivo de que el individuo esté en mejores condiciones para sobrevivir al conflicto que el cerebro intentará solucionar.

La primera vez que se pudo observar un DHS, fue en el año 1982, a través de una Tomografía Axial Computada (TAC), allí se logra ver la formación de anillos concéntricos que lo forman, indicando algún tipo de alteración electromagnética que da lugar a las figuras circulares, ya que anatómicamente esto no sería visible sin la TAC.

Los primeros DHS se dan en el vientre de la madre, algunos otros en el parto y los demás durante los primeros meses de vida; los que vendrán después sólo serán repeticiones de estos primeros. Se dice que el niño al cumplir sus seis meses de vida ha activado todas o casi todas las áreas del cerebro (Relés).

La reactivación de un DHS se puede dar por la repetición inesperada de un evento, por recordar o revivir situaciones previas propias del conflicto, o también pueden desencadenarse por raíles o pistas, que están representados por cualquier estímulo sensorial que reciba nuestro cerebro y que lo entienda como la alerta de que estamos viviendo algo similar a un conflicto anterior.
Nuestro cerebro al momento de un alto estrés, dónde registra una situación que amenaza la propia supervivencia, entrará en un estado de conciencia aguda y es allí donde nuestro subconsciente de manera subjetiva y a través de todo los sentidos registra aquello que esté en el ambiente: sonidos, colores, objetos, temperatura, condiciones climáticas, gente involucrada y mucho datos que conscientemente no seríamos capaces de registrar y que estarán asociadas al DHS hasta que se logre resolver por completo el conflicto que le dio lugar.

2 – Ley de las dos fases
Esta ley manifiesta que la enfermedad se divide en dos fases, siempre y cuando haya una solución al conflicto: Existirá una Fase de estrés (simpaticotonía) y una Fase de reparación (parasimpaticotonía o vagotonía), incluso cabe la posibilidad de que se active y se desactive el programa que genera el conflicto y la persona entre y salga de forma alternada de una fase a otra.

DHS – Foco de Hamer en el cerebro al momento de iniciar el conflicto.
CL – Conflictolisis: Se ha llegado a la solución biológica del conflicto.
PCL-A: Fase reparativa edematosa.
Epicrisis: Repetición aguda y temporal del estrés/conflicto..
PCL-B: Fase reconstitutiva cicatrizante.

FASE DE ESTRÉS / SIMPATICOTONÍA
Comienza cuando se activa un bioshock y se produce el impacto en el cerebro (DHS), siempre y cuando dicho bioshock presente las cuatro características fundamentales ya descriptas: Que sea dramático, inesperado, vivo en soledad y sin solución aparente para el individuo. Como es la solución biológica al conflicto, el cerebro inconsciente prepara el organismo para el ataque/huida/parálisis.
Puede suceder que en algunas ocasiones esta fase se presente de forma silenciosa y que el individuo no sea consciente de ella hasta la próxima etapa en la que aparecerán los síntomas.
En respuesta a esta etapa, se pueden dar cuatro acciones posibles determinadas por el cerebro que pueden afectar una parte u órgano del cuerpo: Hacer masa o propiciar una proliferación celular como sería el ejemplo de un tumor, cavar como lo sería una úlcera o bloquear o desbloquear la función de un órgano, como por ejemplo puede ser activar o desactivar la producción de insulina en el páncreas.

Se producen cambios fisiológicos acordes para adaptar al organismo a una nueva situación: Simpaticotonía constante, estrés permanente, pérdida de sueño, falta de apetito, pérdida de peso, sudoración, ritmo cardíaco acelerado, presión sanguínea alta, manos y pies fríos, etc.
Los cambios que se llevarán a cabo serán en tres niveles: en la psique con estrés emocional y ocupación mental constante, en el cerebro, donde aparecerá un edema (DHS) en el área asociada (Relé) y que afectará el órgano relacionado con la misma zona cerebral.

FASE DE REPARACIÓN / PARASIMPATICOTONÍA / VAGOTONÍA
Esta fase comenzará sólo si se ha llegado a la resolución del conflicto (CL – Conflictolisis), entendiendo como resolución, a la solución biológica que sucede cuando la percepción inconsciente del cerebro es satisfecha y resuelve la emoción instintiva que lo generó.

PCL-A (Post Conflictolisis A) o Fase reparativa edematosa: En respuesta a esta etapa y en algunos casos con la ayuda de microorganismos simbióticos como bacterias, virus y hongos, se desactivan las acciones que se iniciaron en la primera etapa: Enquistamientos, reparación de tejidos, necrosis del tumor o el retorno a la normalidad de la función del órgano afectado.

Epicrisis o Crisis epilectoide: El cerebro activa un estado que hace revivir por un instante y de forma aguda el estrés de la primera fase. Según el tipo de conflicto y la capa embrionaria a la que pertenezca, variará el tiempo de su duración.

PCL-B (Post Conflictolisis B) o Fase reconstitutiva cicatrizante: Una vez sucedido esto, se harán los cambios fisiológicos necesarios para la reparación: Vagotonía constante, recuperación del sueño, buen apetito, aumento de la temperatura corporal / fiebre, disminución de la presión arterial, ritmo cardiaco normal, dolor, inflamación, etc.

La vuelta a la normalidad también realizará cambios en los tres niveles afectados inicialmente: en la psique alcanzando un estado de paz y alivio, liberándose de la carga emocional, en el cerebro, presentando edemas en la zona afectada que comienza a desaparecer y en el órgano, igual que en el cerebro aparecen edemas propiciando su reparación.

Cabe destacar aquí la importancia de los síntomas, entenderlos como una etapa de reparación, que a pesar de los malestares que puede generar, incluso algunos graves, de ninguna manera pretenden ser perjudiciales para el individuo, sino que es un mecanismo biológico que intenta devolver la salud al organismo y que en muchas ocasiones, se bloquea el proceso natural con tratamientos que no permiten que la reparación se realice de forma óptima y que la recuperación se alargue en el tiempo.

3 – Ley del sistema ontogenético de los SBS (Programa Especial de la Naturaleza con Sentido Biológico)

Para comprender esta Ley debemos saber que existen cuatro capas embrionarias, que fueron apareciendo en el transcurso de la evolución de las especies hasta llegar hoy al Homo Sapiens; surgieron conjuntamente con las necesidades básicas que se suscitaron en cada era evolutiva y que el cerebro inconsciente, hoy sigue contemplándolas de la misma manera al momento de tener que resolver un conflicto mediante un SBS (Programa Especial de la Naturaleza con Sentido Biológico), bajando el síntoma al órgano que se corresponda con la necesidad y el tipo de conflicto, que a su vez se corresponde con una capa embrionaria determinada y también a un relé específico (una zona determinada) del cerebro dónde aparecerá el DHS.
Como se vio anteriormente, cuando se genera un DHS, las opciones para la solución biológica será una de las cuatro posibles: hacer masa, cavar, o activar o desactivar la función de un órgano, algo que se determinará en función de la capa embrionaria a la que pertenezca el órgano en conflicto:

Endodermo (Capa):
Relacionada con los órganos vitales.
Necesidad asociada a la etapa evolutiva: Vida y reproducción (Sobrevivencia).
Acciones: En fase de estrés se hará masa y en fase de reparación se reducirá a esa masa.
Área del cerebro dónde aparecerá el DHS: Tronco cerebral.

Mesodermo antiguo (Capa):
Relacionada con los tejidos de protección.
Necesidad asociada a la etapa evolutiva: Protección.
Acciones: En fase de estrés se hará masa y en fase de reparación se reducirá esa masa.
Área del cerebro dónde aparecerá el DHS: Cerebelo.

Mesodermo nuevo (Capa):
Está relacionada con los órganos estructurales.
Necesidad asociada a la etapa evolutiva: Movimiento y valorización.
Acciones: En fase de estrés reducir masa y en fase de reparación hacer masa.
Área del cerebro dónde aparecerá el DHS: Sustancia blanca.

Ectodermo (Capa):
Está relacionada con los órganos de contacto (Sentidos).
Necesidad asociada a la etapa evolutiva: Comunicación / relación con los demás.
Acciones: En fase de estrés reducir masa o bloquear la función del órgano y en fase de reparación hacer masa o desbloquear la función del órgano.
Área del cerebro dónde aparecerá el DHS: Corteza cerebral.


Existe una subjetividad importante en el momento en que el cerebro inconsciente interpreta y determina que existe un conflicto, ya que su perspectiva está totalmente condicionada por la información ancestral heredada con la que se explica lo que está percibiendo del ambiente y en función de ello será la solución biológica que adopte, optando en ese momento por aquel programa de supervivencia que crea más eficiente aplicar.

4 – Ley del sistema de microbios condicionados ontogenéticamente

Es aquí, en esta Ley dónde existe un desacuerdo importante con la medicina tradicional y lo que explica viene a romper el paradigma de lo que nos dijeron.
Para entender esta ley, debemos comprender que así como existe una correspondencia entre el tipo de estrés, la capa embrionaria, el área del cerebro y un órgano específico, también existe una relación concreta en el tipo de microrganismo que afecta cada órgano, que justamente se corresponden con la era evolutiva en que aparecieron en el planeta y que coinciden con el momento en el que se desarrolló cada capa embrionaria.

Capas embrionarias y su correspondencia con los distintos tipos de microorganismos.

Como se expresó en la 2da Ley, todos los microrganismos aparecerán en la etapa de reparación y la acción que deben cumplir estará determinada por su tipo, la capa embrionaria a la que están relacionados y a las órdenes exclusivas del cerebro, con quien mantienen una relación simbiótica que ha perdurado por millones de años y que se sigue manteniendo en la actualidad.

Endodermo (Capa):
Microorganismos: Micobacterias y hongos
PCL-A: Caída drástica de la función y degradación tumoral por hongos y micobacterias especializadas.
PCL-B: Continua la caseificación por hongos y micobacterias y en el caso de no contar con los microrganismos necesarios para la función habrá encapsulamiento del tumor.

Mesodermo antiguo (Capa):
Microorganismos: Micobacterias y bacterias.
PCLA: Caída drástica de la función y degradación tumoral por hongos y Micobacterias especializadas.
PCLB: Continua la caseificación por hongos y Micobacterias y en el caso de no contar con los microrganismos necesarios habrá encapsulamiento del tumor.

Mesodermo nuevo (Capa):
Microorganismos: Bacterias.
PCLA: Caída inicial y posterior reactivación de la función y multiplicación celular o reparación de los tejidos perdidos en la fase de estrés.
PCLB: Cicatriz o ulceración previa, la pérdida de células en la fase de estrés son rellenadas y reconstruidas con bacterias especializadas.

Ectodermo (Capa):
Microorganismos: Virus.
PCLA: Caída inicial y posterior reactivación de la función y multiplicación celular o reparación de los tejidos perdidos en la fase de estrés.
PCLB: Cicatriz o ulceración previa, la pérdida de células en la fase de estrés son rellenadas y reconstruidas con bacterias especializadas dónde también pueden participar virus.

Para comprender mejor la mirada actual que se tiene sobre los microorganismos, la siguiente historia brinda una analogía muy clara de la cuestión:
Un extraterrestre observa la tierra desde un planeta muy lejano a través de su telescopio de alto alcance, para luego llenar un informe que entregará a sus superiores con la conclusión de su trabajo. Observó varios comportamientos, pero hubo uno en particular que le llamó la atención y así lo describió:
«He observado que en todos los casos, alrededor del fuego, siempre se ven unos seres vestidos de rojo y como no los he encontrado en situaciones dónde no hay fuego, llego a la conclusión definitiva de que esos seres son los causantes de los incendios«


En este caso los microorganismos terminan siendo los responsables de las enfermedades, cuando en realidad están allí cumpliendo la función de reparar un organismo.

5 – Ley de la Quinta Esencia

Esta Ley dice que la “enfermedad” debe ser entendida como un programa sensato de la naturaleza con sentido biológico de supervivencia que se inicia siempre por un bioshock, entendiendo por bioshock a un conflicto inesperado, dramático, vivo en soledad y sin solución aparente para el individuo. Que la naturaleza cuenta con los mecanismos necesarios para ayudarnos a regresar a la normotonía, utilizando procesos que ha ejecutado durante millones de años, valiéndose también de la ayuda de un microbioma simbiótico con el que convivimos desde nuestra existencia y que debemos respetar sin interrumpir para lograr una reparación óptima y recuperar lo antes posible nuestro bienestar.


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