¿Cómo es el mecanismo biológico del miedo/estrés y cómo afecta el funcionamiento del cuerpo?
El miedo/estrés es una de las emociones más primitivas, de la cual se desencadenan todas esos/as sentimientos/sensaciones que normalmente evitamos y que para nada deseamos vivenciar, pero si hacemos consciente la manera en que el cerebro, el centro control del cuerpo, actúa al respecto, se puede dejar de ser víctimas de ese mecanismo, aprender a controlarlo, tomar la enseñanza que trae consigo y procurar así una vida de salud y armonía.
Es un programa (procedimiento o información que determina un conjunto de acciones que tienen el objetivo de alcanzar un resultado) muy arcaico, que ejecuta la parte más antiguas del cerebro y que se rige por leyes biológicas de supervivencia: Su primera ley es mantenernos vivos en el instante siguiente, para lo que utilizará la mayor cantidad de energía que el cuerpo pueda proveer; resolviendo así la situación con tres opciones posibles: Ataque, Huida o Parálisis (Tanatosis), acciones necesarias en un entorno natural donde los roles presa/depredador están vigentes y existe el riesgo de perder la vida, una realidad que ha formado parte del desarrollo de la mayoría de los seres vivos durante millones de años, incluido obviamente el Homo Sapiens. La opción del programa que se elija, sea Ataque, Huida o Parálisis, dependerá del mismo cerebro, que en ese instante y según sus consideraciones, utilizará aquella con más probabilidad de éxito.
Sin dudas, este ha sido el programa de defensa por excelencia, que a lo largo de la historia de los seres vivos, a través de la prueba y el éxito ha logrado evolucionar hasta la actualidad, dejando atrás a los menos aptos que perdían la vida en el intento y dónde radica la raíz de todo miedo: ¡Evitar ser atrapado por el depredador y morir! Una interpretación que aún en la actualidad sigue haciendo la parte más antigua del cerebro y que en menor o en mayor medida, su intensidad de acción estará ligada al tamaño del conflicto que se vive y que cree que debe solucionar.
¿Pero por qué a estas instancias de la evolución el cerebro sigue utilizando programas con millones de años de antigüedad?
Para graficar mejor, vamos a comparar a nuestro cerebro con una computadora, que tiene programas e información previamente cargados que lo hacen funcionar, pero que al contrario de la máquina, que se le pueden borrar los programas viejos e instalar versiones nuevas, con nuestro cerebro no pasa lo mismo, porque sus discos no fueron actualizados, sino que se le fueron agregando partes, pero las más antiguas aún siguen funcionando con su propia información, compuesta por programas de supervivencia, donde mantenernos vivos en el instante siguiente es su prioridad y que aún hoy tienen superioridad ante las partes más nuevas del cerebro. Obviamente ya no hay que luchar con la bestia para no ser comido o atrapado, pero cualquier amenaza actual que la parte más antigua del cerebro registre, será resuelta con el mismo procedimiento, utilizando el programa de Ataque/Huida/Parálisis que pondrá en estado alerta a todo el cuerpo. Por ejemplo se utilizará ante la autoridad de un jefe que maltrata, en una pelea en la calle, en una discusión familiar, etc.; la vida que el Homo Sapiens lleva en la actualidad, lo enfrentan a infinitas y constantes situaciones de miedo/estrés; tal vez con diferente intensidad una vivencia que otra, pero todas se intentaran resolver con este antiguo mecanismo.
Como se mencionó anteriormente, la principal regla para el funcionamiento cerebral, es mantenernos vivos en el instante siguiente. Por eso hará todo lo posible para cumplir con ese objetivo y mantener con vida al organismo. Se encarga de la respiración, la circulación, la digestión y todos esos procesos que el cerebro automático maneja sin que se tenga que pensar en hacer, cumpliendo así con su regla principal, por eso no hay dudas de que toda acción que tome el cerebro, lo hará con la mejor intención y eficiencia, aunque en alguna oportunidad esa eficiencia puede resultar poco inteligente, ya que activar programas que generen ciertos síntomas (acciones de reparación) o cambios en el cuerpo, finalmente pueden acabar con la vida del individuo por el agotamiento de su energía.
Evitar al depredador y terminar siendo la presa, ha sido el mecanismo por excelencia que nos ha permitido evolucionar y que nos ha traído hasta la actualidad, por eso vamos a ver lo que sucede con nuestra biología (cerebro/cuerpo) ante situaciones de miedo/estrés:
A través de su perspectiva, el cerebro interpreta el ambiente con todo lo que captan los sentidos. En el caso de registrar alguna señal que según su información previamente adquirida, represente una amenaza para el individuo, se activará el programa de Ataque/Huida/Parálisis y su intensidad y rapidez, estarán ligadas al tamaño y la intensidad del conflicto que se necesita resolver:
La orden inicial parte del Hipotálamo, una parte del cerebro que comenzará a liberar CRH (Corticoliberina), una hormona que estimula a la Hipófisis (otra parte del cerebro) a que libere hormonas ACTH (Corticotropina) al torrente sanguíneo, lo que a su vez estimula a las Glándulas Suprarrenales (las que se encuentran sobre el riñón) a que comiencen a liberar Cortisol (Hidrocortisona) en la sangre, siendo esta hormona el mensaje químico que pone en aviso a todos los sistemas del cuerpo para iniciar el programa Ataque/Huida/Parálisis. En simultaneo, el riñón que también produce hormonas,, comenzará a liberar Adrenalina y Norepinefrina que también actuarán de mensajeros químicos, con el mismo objetivo de favorecer el programa que se debe ejecutar ante el riesgo.
En este punto, también es importante resaltar la capacidad que tiene el cerebro en optimizar procesos que le permitan el ahorro de energía o redirigirla hacia dónde sea más conviene en un momento determinado, evitando así su mayor miedo: ¡quedarse sin energía o ser atrapado y morir!. Por esto mismo, cuando se activa el programa Ataque/Huida/Parálisis, dónde la necesidad de éxito es fundamental por el riesgo de vida que se corre, el programa obtendrá absoluta prioridad y le quitará energía a muchos otros procesos que también son vitales, pero que para el momento de escapar del depredador no son necesarios:
Inhibición del Sistema Inmunológico: El cortisol disminuye la actividad del sistema y su funcionamiento es deficiente, debilitando la barrera de defensa más importante del cuerpo.
Por ejemplo a los pacientes trasplantados se les prescribe cortisol para desactivar las acciones del Sistema Inmune y así evitar que el órgano recién implantado sea detectado como un intruso y lo rechace. Algo que pone en total evidencia lo nocivo que puede ser para la salud vivir constantemente en situaciones de miedo/estrés que expongan al organismo a grandes cantidades de Cortisol.
Aumento de la frecuencia cardíaca: La función que cumple la sangre de trasladar nutrientes (glucosa, oxígeno, hormonas, etc.) es fundamental en esos momentos, por eso se aumentará la frecuencia en los latidos del corazón. La mayor cantidad de sangre posible irá hacia las extremidades, ya que son de gran necesidad para el programa de Ataque/Huida/Parálisis. También se necesitará oxigenar más y quitar dióxido de carbono de la sangre, que fluirá con más frecuencia en los pulmones. Se necesitará también distribuir con mayor rapidez la glucosa (azúcar/energía) que por la misma estimulación hormonal el hígado libera en la sangre para favorecer también el programa. En casos extremos también pueden sufrirse palpitaciones y/o aumento o descenso de la presión sanguínea.
Inhibición del Sistema Digestivo: El proceso de digestión y otras actividades que realizan los intestinos es suspendida, no es necesario procesar los alimentos mientras esté activo el programa de Lucha/Huida/Parálisis y la energía es redirigida a los sistemas que sí son relevantes para escapar del depredador.
Relajación de los bronquios: Alcanzando ese estado, los bronquios permiten que sea mayor el caudal de aire que se intercambia, por consecuencia va a aumentar la cantidad de oxígeno que los pulmones puedan absorber, un componente de extrema vitalidad para todos los sistemas y procesos que se nutren de él y que son necesarios para la ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis. Como parte del mismo proceso, a través de la exhalación aumenta la cantidad de dióxido de carbono que se despide al ambiente.
Dilatación de las pupilas: La expansión de las pupilas, es un mecanismo que se activa para que ingrese mayor cantidad de luz al ojo, permitiendo aumentar su capacidad visual, algo que es extremadamente necesario para cumplir con la ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis. Cuanta más visual se tenga del panorama, mayores serán las probabilidades de éxito (mantenerse con vida) durante la resolución del conflicto que se está vivenciando.
Considerando que es el cerebro inconsciente (en automático) el que ejecuta el programa de Ataque/Huida/Parálisis, en muchas ocasiones, la evaluación de riesgo que hace, pone en marcha el mecanismo ya descripto y el individuo de forma consiente no sabe por qué el cuerpo está reaccionando de esa forma. Por ejemplo: no siempre se es consciente del polen que puede haber en el aire, pero si el cerebro inconsciente, al que no se le escapa nada, considera que es una amenaza (Alergia), porque según sus registros previos ese componente está asociado a una vivencia desagradable y considera que puede repetirse, va a activar el programa de supervivencia aún cuando el individuo no se haya percatado conscientemente de que el polen estaba allí.
Otro ejemplo y algo más extremo por su intensidad, puede suceder en los ataques de pánico, dónde muchas veces el miedo/estrés se genera inconscientemente y la persona no entiende que fue lo que lo generó su estado, vivenciando de forma extrema los cambios físico/químicos ya descriptos.
Si bien la producción de Cortisol es normal y necesaria para poder afrontar aquellas tareas diarias que se necesitan resolver, un alto o constante estado de miedo/estrés va a perjudicar el funcionamiento del cuerpo, porque no ha sido diseñado para soportar esas cargas y mucho menos que se prolonguen en el tiempo. En la naturaleza el cerebro de un animal que resolvió el conflicto de supervivencia, hará todo lo necesario para que su biología (cerebro/cuerpo) vuelva a la normalidad lo antes posible y así poder seguir con su vida, pero para el Homo Sapiens, que es un Ser emocional y racional, el apego con lo sucedido, lo puede mantener conectado al evento, lo que para el cerebro es lo mismo que revivir constantemente ese estado de miedo/estrés, haciendo que el programa de supervivencia Ataque/Huida/Parálisis esté en constante ejecución, algo que resulta muy negativo para la salud en general.
Al integrar esta información podemos darnos cuenta de lo importante que es observar el propio estado emocional, hay allí un indicativo del grado de miedo/estrés que cada individuo está vivenciando en su presente y como ya se explicó, la constante ejecución del programa de Ataque/Huida/Parálisis, que demanda mucha energía y que en el afán de administrarla mejor, desatiende procesos vitales a los que les quita su energía, va generando así infinidad de síntomas (enfermedades) e incluso en algunos casos agotando al organismo hasta su muerte.
Por eso mantener un equilibrio entre los estados de estrés/miedo y los de relajación es de vital importancia para el organismo, en los periodos de descanso le dará tiempo para reparar los órganos en los sistemas involucrados con el programa de Ataque/Huida/Parálisis y algo aún más importante, volver la atención a todos esos sistemas y procesos que fueron desatendidos porque se consideró que no eran de utilidad para escapar del depredador.
En la actualidad es casi imposible no tener focos de miedo/estrés activos, por eso, para mantener el equilibrio vital, es recomendable realizar actividad física (cualquiera que ponga en movimiento el cuerpo), procurar una alimentación natural, variada y acorde al gasto calórico diario. Obviamente sin olvidar lo más importante, el ‘Amor propio’, que considero es la energía vital por excelencia y que en su ausencia puede hacer que el organismo funcione de forma deficiente.
También será parte de ese «Amor propio» atender y principalmente entender los miedos, saber cual es la interpretación de peligro que hace el cerebro inconsciente, permitirá evidenciar la información previa que utiliza y la cual lo llevó a ejecutar el programa de supervivencia; una información que como ya se explicó pertenece a la propia vida o a la de su clan familiar y que a través de la Biodesprogramación, es posible hallar el origen de ese miedo/estrés, gestionar de forma consciente la emoción que aún esté pendiente y así permitir la resolución efectiva del programa de supervivencia, para que el cerebro inconsciente interprete que se resolvió y que ya no necesita ejecutar (o repetir) más el programa de Lucha/Huida/Parálisis, haciendo que el individuo sane y por consecuencia pueda alcanzar un estado óptimo de salud y bienestar.
Bibliografía:
«Medicina Ancestral y Epigenética» Dra. Florencia Dafne Raele
«La Nueva Medicina Germánica» Dr. Rike Geer Hamer

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